El tupinambo (Heliantus tuberosus), también conocida como pataca o patata de caña, es una planta de la familla Asteraceae nativa del continente americano cuyo cultivo se ha expandido a distintas zonas templadas del planeta, debido sobre todo al aprovechamiento alimentario de su tubérculo.
Cuando se cría en las condiciones ambientales naturales, esta especie puede crecer de 150 a 240 centímetros de altura. Posee una raíz tuberosa y tallos cubiertos de pelos ásperos, rectos, huecos, y ramosos en su extremo. Las hojas son aovadas, ásperas, dentadas puntiagudas y estrechas por sus peciolos. Las flores son terminales y de color amarillo, y aparecen por lo general a comienzos de otoño.
El tupinambo es perenne y sigue multiplicándose por los nuevos tubérculos que produce de manera anual.
Precisamente la división de su raíz tuberosa es la técnica más utilizada por quienes deciden cultivar esta planta, ya que la propagación por semillas puede ser muy lenta, demorando cerca de dos años en formarse las raíces antes de poder sacar provecho de las mismas.
En todo caso, si se decide poner en práctica este último método de reproducción, es recomendable poner las semillas en tierra a comienzos de la primavera y cubrirlas con una capa de 1,5 centímetros de espesor. En este caso, la pataca prefiere los terrenos húmedos, ligeros y algo arenosos.
Como se explicó anteriormente, la técnica más sencilla de multiplicar esta especie es enterrando las raíces enteras o trozadas en un sustrato fértil a fines de invierno e inicios de la primavera. Es importante asegurarse de que en cada pedazo haya por lo menos una o dos yemas, sin las cuales no podrán brotar y nacer. El terreno más adecuado para esta práctica debe ser ligero, bien cavado, y con un buen aporte de abono.
Además de una buena fertilización, el tupinambo no tiene necesidad de cuidados especiales, ya que sus tallos se espesan notablemente, haciendo que la mayoría de las malas hierbas mueran a su sombra. Después de las primeras escarchas del otoño se aconseja cortar los tallos, y durante el verano deben darse riegos abundantes, ya que es una planta que demanda bastante humedad.
El tupinambo: Necesidad de limitar su área de cultivo
Otro aspecto importante a tener en cuenta cuando se cultiva esta especie es la facilidad con la que puede convertirse en invasora, debiendo ser introducida en pequeños espacios de la huerta a causa de que arraiga y se multiplica con mucha rapidez, apoderándose de un gran terreno en el espacio de tres años, sin ser posible desarraigarla después de mucho tiempo y a pesar de los mayores cuidados.
Incluso las raíces más pequeñas de tupinambo que puedan dejarse en tierra durante la recolección, son capaces de brotar con vigor y empuje a la primavera siguiente, cubriendo de nuevo el lugar.