Técnica de cultivo de tomates en bolsas

El cultivo de tomates en bolsas es una sencilla técnica hidropónica que permite producir estas plantas en departamentos o viviendas que carecen de superficies de tierra cultivables. En los comercios especializados se pueden adquirir bolsas que ya vienen rellenas de sustrato, aunque es relativamente sencillo armarlas en casa.

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Las bolsas de cultivo prefabricadas, por lo general, pueden venir rellenas de sustrato inorgánico, como arena, grava, perlita, vermiculita, oasis (Formaldehído fenólico) y lana de roca; aunque también pueden contener materia orgánica como musgo, corteza de pino, fibra de coco y aserrín compostado.

Estos modelos comerciales suelen venir en tamaños de 91 centímetros de largo, 15 centímetros de ancho y 10 centímetros de alto, que están pensadas para colocarse en posición acostada y así albergar de  tres a cuatro plantas. Asimismo, existe la posibilidad de elegir otras bolsas prefabricadas de dimensiones menores, que resultan útiles para albergar a una sola planta y que pueden colgarse en un huerto vertical.

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Quienes deseen fabricar sus propias bolsas de cultivo pueden comprar bolsas de plástico cuyo interior sea de color negro y el exterior blanco, con el fin de evitar el crecimiento de algas. También se puede recurrir a las mangas de polietileno que se usan en los invernaderos y cortarlas según las medidas de las bolsas prefabricadas.

En cuanto al sustrato, éste puede adquirirse a granel para ir rellenando las bolsas que se necesiten o deseen, cuidando siempre que el mismo esté libre de organismos patógenos y de sustancias tóxicas para las plantas.

Una vez que ya se cuenta con la bolsa de cultivo rellena del sustrato hidropónico y sellada, se procede a hacerle agujeros de drenaje a 2 centímetros arriba de la base y se cortan tres o cuatro cortes de plantación en la parte superior, donde se colocarán las tomateras cuando las flores estén a punto de abrirse.

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Es recomendable que las bolsas de cultivo de tomate se rieguen bien y fertilicen semanalmente durante la etapa de crecimiento de las plantas. Cuando se tiene una cantidad considerable de bolsas, se aconseja apelar al uso de un sistema de riego localizado a través de un tubo de PVC o una cinta de goteo dispuesta sobre la parte superior de los contenedores abiertos.

Plantas de tomate y pimiento cultivadas en bolsa (Foto: Jeremy Tarling)
Plantas de tomate y pimiento cultivadas en bolsa (Foto: Jeremy Tarling)

Una de las contras que puede tener este sistema de cultivo es la necesidad de contar con un sistema de recolección de los excesos de agua y nutrientes que drenen de las bolsas, además de tener que reemplazar los sustratos después de una a tres temporadas de cultivo de tomate, aunque esto último depende del material usado (la perlita, por ejemplo, puede utilizarse por tres temporadas).

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Ruben
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