Lechuga (Lactuca sativa): Requerimientos de cultivo

La lechuga (Lactuca sativa), originaria de las costas sur y sudeste del Mediterráneo, es una de las verduras de hoja más conocidas en las mesas de todo el mundo, gracias a su valor nutritivo y su alto contenido en vitaminas.

Se trata de una planta herbácea anual con raíz pivotante medianamente profunda (de unos 25 a 30 centímetros), con ramificaciones laterales. Su tallo es muy corto, de pocos centímetros de alto, en suyo ápice se forma una roseta de hojas cuyo tamaño, color y textura varían según la variedad cultivada.

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Una vez pasada su etapa apta para el consumo, puede desarrollar tallos florales que en algunos casos puede llegar a medir hasta más de un metro de altura.

Las flores de la lechuga son pequeñas, amarillas, y se encuentran reunidas en capítulos de 25 unidades.

Los ejemplares de esta especie crecen y se desarrollan muy bien en zonas de clima templado fresco, con temperaturas promedio entre 15ºC y 18ºC, con máximas de hasta 24ºC y mínimas de hasta 7ºC.

Un método adecuado de cultivo implica enterrar las semillas de lechuga a una profundidad de 1,25 centímetros, en un suelo con texturas francas y arcillo-arenosas, enriquecidos con altos niveles de materia orgánica y un pH de 6 a 6,5 si se desea una buena germinación y crecimiento.

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En cultivos de primavera, suelen recomendarse los suelos arenosos , pues se calientan más rápidamente y permiten cosechas más tempranas. Para los cultivos de otoño, son preferibles los suelos francos, ya que se enfrían más lentamente que los suelos arenosos. En los cultivos de verano se aconseja cultivar en suelos ricos en materia orgánica, debido a que hay un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos y el crecimiento se acelera.

La semilla de lechuga germina con facilidad cuando la humedad presente en la tierra es constante. El sistema radicular de la lechuga es muy reducido en comparación con la parte aérea, por lo que es muy sensible a la falta de humedad y soporta mal un período de sequía.

Debido a que se trata de una planta con buena resistencia a los trasplantes, se la puede cultivar inicialmente en almácigos y, una vez que las plántulas desarrollaron cuatro hojas verdaderas se las puede implantar en el suelo definitivo, separando cada planta con una distancia máxima de 25 centímetros.

Las pequeñas plantas se pueden colocar directamente en líneas sobre el nivel el suelo o sobre caballones de 15 centímetros de alto y 20 centímetros de ancho.

Los sistemas de riego más recomendados para la Lactuca sativa son por goteo para el  cultivo en invernadero, y las cintas de exudación para las plantas cultivadas en el exterior. Para los primeros días posteriores al trasplante y con el fin de ayudar a un mejor arraigo, se puede recurrir al riego por aspersión.

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Se recomiendan riegos frecuentes y con poca cantidad de agua, tratando de que el suelo quede aparentemente seco en la parte superficial, para evitar podredumbres del cuello y de la vegetación que toma contacto con el suelo.

La cosecha de la lechuga se lleva a cabo a los dos o cinco meses posteriores a la siembra, dependiendo de la variedad cultivada, que es cuando la lechuga ha llegado a la mitad de su desarrollo. Para esta labor se recomienda utilizar un cuchillo bien afilado y limpio, cortando cada planta desde la base.

Lechuga: Plagas y enfermedades

Esta especie puede ser atacada por un importante número de plagas como los pulgones, gusanos cortadores, orugas, hormigas y trips, que afortunadamente pueden combatirse con la aplicación de insecticidas caseros.

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Las enfermedades por hongos más comunes que pueden afectar a la lechuga incluyen botritis, mildiu velloso, y la podredumbre por Sclerotinia sclerotium. Las especies que provocan estos males pueden prevenirse y combatirse con fungicidas específicos.

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Ruben
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