A finales de la época estival todavía puede sembrar alguna lechuga, zanahorias, rábanos, coles de primavera… Además tendrá que recoger las chalotas, podar los frutales, atender a las judías de enrame, etc. Y, si quiere, puede emprender otro cultivo, el de las zarzamoras que crecen silvestres: tienen ricos frutos y resultan originales.
Para quienes hayan iniciado hace poco la aventura de tener un huerto, seguramente les parecerá que es algo así como el cuento de nunca acabar. Y no van descaminados, ya que el huerto siempre requiere una atención constante.
En estas semanas llega a sembrar una última hilera de lechugas y zanahorias para el invierno. Escoja variedades de maduración rápida, ya que tienen pocas semanas para desarrollarse. Una de las mejores zanahorias es Roja maravilla, aunque Saint Valery también es buena. La variedad de lechuga Selestat y Maravilla de invierno pueden sembrarse ahora.
También puede sembrar perejil para el invierno.
No tiene ningún sentido sembrar rábanos de verano en invierno. Por extraño que parezca, el suelo está por lo general demasiado recalentado para ellos; crecerán, pero no formarán raíces gruesas y comestibles. Sin embargo, existen rábanos de invierno que se pueden sembrar en verano para consumirlos en esa época. Se recomiendan las variedades Negro grande (que se pela), y la Rosa de china, larga, cilíndrica de piel roja y carne blanca.
Siembre las semillas en surcos superficiales separados 25 cm. y aclare las plántulas a 15 cm. de distancia en las hileras. Necesitan agua en abundancia, pues de lo contrario las raíces se vuelven ásperas y fibrosas y muy picantes. Si se crían bien las raíces de carne blanca son deliciosas.
Con la ayuda de un invierno soportable y eligiendo las variedades correctas, los repollos de primavera estarán listos para el consumo. Si decide cultivarlos, elija una variedad fiable, como Bacalán o Corazón de buey y siembre en surcos de poca profundidad en el semillero. Si el tiempo es seco, riegue bien hasta que salgan los brotes.