Huertas caseras: el cultivo de la calabaza

La cucurbita maxima, también conocida como calabaza o zapallo,  es una planta cuyos frutos y semillas tienen variados usos, desde el consumo humano, pasando por el forraje para los animales domésticos y uso medicinal. Originaria de América, se cultiva en diferentes zonas geográficas del planeta y en la actualidad son pocos los países que no cultivan esta especie.

Las calabazas más pequeñas, empleadas generalmente para decoración, se pueden cultivar en tiestos o jardineras que pueden estar en los balcones o en las ventanas de la casa. Las variedades más grandes, requieren de bastante espacio en el suelo para prosperar.

Las calabazas comunes se siembran en el lugar definitivo después de que las heladas hayan pasado. Puede sembrarse en semillero protegido si se desea adelantar el cultivo, trasplantando después cuando las matitas tengan dos o tres hojas, o progresivamente hasta el comienzo del verano. La temperatura óptima es una mínima de entre 12 y 15 °C y una máxima de no más de 35°C.

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La plantación se realiza enterrando dos o tres pepitas juntas en cada hueco, separados unos dos metros para prevenir el posterior desarrollo; si la variedad es para producir calabacín se siembra en bancales; algunas variedades de calabacín son trepadoras y requieren tutores.

Se dejará 10-12 cm entre líneas y 10-12 cm entre plantas dentro de la misma línea, distanciados entre sí 50-60 cm, sobre los que se disponen dos líneas de plantas distanciadas a 30-35 cm y 10-15 cm entre plantas. Las calabazas necesitan entre 1 m o 1,8 m de espacio entre cada planta.

El momento de realizar la siembra de las semillas variará según las condiciones climáticas. Si bien en zonas tropicales pueden plantarse durante todo el año, no resisten las temperaturas demasiado bajas, por lo que lo mejor es sembrar en primavera antes de que comience la temporada de lluvias. En Argentina, se recomienda sembrar a principios de octubre. Crecen en cualquier tipo de suelo de calidad, que no se seque con rapidez y un lugar con mucho sol.

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Las malezas que crecen alrededor de las calabazas se pueden controlar con laboreo poco profundo o con una azada. Deben regarse apenas sembradas y en la etapa de floración y fructificación. También si a principios del verano hay sequía durante largo tiempo. Debe suspenderse el riego 20 días antes de la cosecha. Las calabazas toleran bastante bien períodos cortos calurosos y secos.

La recolección acostumbra a hacerse durante el otoño. La señal de que se pueden recoger es cuando se seca el tallo (se vuelve de color marrón) que une la calabaza a la planta. Además, su piel intensificará el color y se endurecerá. La cosecha se realiza en forma manual, dejando un trozo de pedúnculo para una conservación más adecuada.

Cristian
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