El grosellero rojo (Ribes rubrum) es una planta perteneciente a la familia de las Saxifragáceas, originaria de Europa, que se cultiva con el fin de aprovechar sus vistosos frutos para la elaboración de dulces y platos cocinados.
Se trata de un arbusto de hoja caduca y de aspecto similar al de una zarza, suele alcanzar hasta 1,5 o 2 metros de alto, con tallos delgados muy ramificados cubiertos por una corteza lisa y de color grisáceo.
Las hojas del grosellero rojo son caducas, se caracterizan por tener cinco lóbulos o foliolos con bordes irregularmente dentados y se encuentran distribuidas en espiral en las ramas. Miden entre 5 y 7 centímetros de largo.
Las flores son verde-amarillentas y se muestran organizadas en racimos pendulosos de 4 a 8 centímetros de longitud y maduran produciendo unas bayas comestibles denominados grosellas rojas o corintos, que son de sabor ácido y de color rojo translúcido, de unos 10 milímetros de diámetro.
Cada racimo de flores puede prosperar hasta entregar alrededor de una decena de frutos. Aunque se pueden consumir crudos, su sabor agridulce los hace más aptos para la elaboración de mermeladas, batidos, helados. Son ricos en vitaminas y minerales.
Estas plantas de clima frío se desarrollan bien en las regiones donde se registran temperaturas similares a su ámbito natural y toleran sombra parcial, aunque los frutos madurarán más rápidamente y el sabor será más dulce si se exponen a un poco de sol.
El grosellero rojo necesita ser plantado en un suelo bien preparado, ligeramente neutro a ácido y con buen drenaje, idealmente en un lugar protegido de la acción de los vientos fuertes y de la acumulación de escarcha.
La plantación de estas plantas se puede llevar a cabo entre noviembre y marzo (en el hemisfero Norte) o entre mayo y septiembre (en el hemisferio Sur), dejando un espacio de 1,5 metros entre cada arbusto y 1,5 metros entre cada fila.
Los groselleros rojos cultivados en contenedores están disponibles para comprar y plantar durante todo el año, pero se establecerán mejor si se plantan en otoño o invierno.
Como alternativa a la siembra en el suelo, se pueden cultivar en contenedores grandes de por lo menos 45 centímetros rellenos con tierra compostada.
Los arbustos recién plantados necesitan un buen riego, sobre todo en zonas de clima seco. Para el caso de los groselleros rojos cultivados en macetas, hay que tener cuidado de que el compost no se seque.
Es importante limpiar la tierra de malas hierbas a mano o con azada, para evitar que las mismas compitan con las plantas por los nutrientes.
Fertilización del grosellero rojo
Los groselleros rojos pueden alimentarse extendiendo un fertilizante granular equilibrado alrededor de las plantas en febrero (hemisferio Norte) o en agosto (hemisferio Sur). También puede ser beneficiosa la aplicación de un mantillo de 5 cm de estiércol bien labrado o compost de jardín alrededor de las plantas si el suelo es ligero.
Las plantas en macetas pueden recibir fertilizante líquido cada quince días, desde fines del invierno y hasta principios de primavera. Cada tres años se debe replantar, ya sea en una maceta más grande o de nuevo en la mismo contenedor después de la eliminación de un tercio de las raíces.