Ananá: Cómo cultivarla en maceta

El ananá o piña, cuyo nombre académico es Ananas comosus, es una planta nativa de América del Sur cuya fama se debe a la exquisitez de su fruto y a las propiedades beneficiosas del mismo, además de la facilidad de su cultivo hogareño en macetas y otro tipo de contenedores.

A/17/31 Ananas comosus

Esta planta vivaz se adapta a cualquier tipo de suelo, siendo el único requisito contar con un buen drenaje que impida el anegamiento que puede causar que las raíces se pudran. Crece mejor en aquellos terrenos ligeramente ácidos, con un pH de 5,5 o 6, con buenas concentraciones de nitrógeno y potasio.

Dado su carácter tropical, el ananá no soporta las heladas, y para producir frutos de calidad necesita desarrollarse en ambientes donde las temperaturas no sean inferiores a los 24 grados centígrados ni superen los 30.

Hablando del fruto de esta planta, el mismo consiste en una baya de gran tamaño con forma globosa y alargada, que termina en un penacho o corona de hojas verdes. El color de su corteza es de tonalidad anaranjada y su carnosa pulpa presenta un color blanco amarillento.

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Su consumo no sólo se debe a su dulzura y fragancia, sino que también se reconoce que es un importante portador de contenido rico en vitamina C, fibra, potasio, magnesio, cobre y manganeso, además de la bromelina, una importante enzima que ayuda a metabolizar los alimentos.

El fruto de ananá también resulta útil si se desea producir una planta en casa, ya que esta especie raramente se reproduce por semilla; para este proyecto basta con adquirir una piña fresca, no muy madura y con la corona completa, observando que no falten las hojas centrales.

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El primer paso para la obtención de una planta de ananá consiste en cortar el penacho, no al ras, sino incluyendo de uno a dos centímetros de la parte superior del fruto, a la que se le retira la corteza antes de sumergirla en agua para que críe las raíces. Hasta que esto se produzca, es necesario cambiar el liquido en forma diaria.

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Ananá: Trasplante a maceta y riego

Una vez desarrollado el sistema radicular, se procede al traslado a la maceta mediana, asegurándose de que la misma sea lo suficientemente alta como para no entorpecer el normal crecimiento de las raíces. En el fondo del contenedor se colocan unas piedras para el drenaje y luego se rellena con una mezcla de tierra fértil y arena gruesa, en una proporción de dos por uno.

Planta adulta de ananá en maceta, con su fruto.
Planta adulta de ananá en maceta, con su fruto.

Después de completado el traspaso, se debe mantener la planta de ananá en un sitio bien iluminado y cálido, sin exponerla al sol directo durante el verano y regándola con pulverizador una o dos veces a la semana en la temporada estival (dependiendo del calor), mientras que en invierno sólo es necesario regarla una vez a la semana, como mucho. Es importante dejar que la tierra se seque entre riegos.

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Ruben
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