La Cattleya es reconocida como «Reina de las Orquídeas», y sus flores son muy requeridas para su uso en ramilletes y ramos de boda flores gracias a que pueden durar varias semanas. Mientras que algunas especies de origen natural son ofrecidas por los productores, las plantas más populares son híbridos artificiales derivados de la combinación de Cattleyas con algunos de sus parientes cercanos para producir una amplia gama de colores, tamaños y formas.
Estas bellas orquídeas requieren mucha exposición a la luz para tener un mejor crecimiento y floración, resultando ideal que la planta reciba luz casi directa por una ventana con un visillo o cortina ligera.
Uno de los indicadores de que una Cattleya está recibiendo una buena dosis de luz diaria es el aspecto de su follaje (las hojas deben ser de color verde medio). Debe tenerse en cuenta que estos ejemplares no florecerán sin no cuentan con la suficiente luz.
Otro de los aspectos que deben considerarse en el cultivo de las orquídeas del género Cattleya es la temperatura ambiente del lugar en el que se encuentran, resultando aconsejable ubicarla en un sitio donde se registre entre 10º y 15º C durante la noche y 21º y 29º C durante el día. En este sentido, hay que recordar que las temperaturas en un alféizar cerca de una ventana son más frías o más calientes que la temperatura general de la casa.
Las Cattleyas requieren una dosis alta de humedad (más del 50%), y las especies más pequeñas necesitan un riego más frecuente que los ejemplares estándar más grandes, ya que almacenan menos agua. En general, el riego una vez por semana o cada diez días es suficiente para las grandes Cattleyas, mientras que las plántulas y miniaturas necesitan agua cada cinco a siete días.
Durante los meses de verano y los períodos de crecimiento activos, estas plantas necesitarán un riego más frecuente. Al regar, se debe colocar la planta en el fregadero y usar agua tibia, dejándola correr por la planta durante aproximadamente un minuto, y asegurándose de dejar que la planta drene completamente.
Ese puede ser un buen momento para observar de cerca a la planta para detectar cualquier signo de la presencia de insectos o enfermedades.
Para abonar a las Cattleyas , se puede recurrir a cualquier fertilizante equilibrado, aplicándolo muy diluido una vez por semana. Asimismo, una vez al mes se debe utilizar agua limpia para enjuagar las sales acumuladas en la mezcla de tierra.