La orquídea piramidal o Anacamptis pyramidalis debe su nombre a la particular configuración de sus inflorescencias con forma de espiga de color rosa, lila o blanco que la convierten en una buena candidata para su cultivo como planta ornamental de interior. Esta especie también es buscada por quienes desean aprovechar sus propiedades nutritivas y demulcentes.
Esta planta perenne desarrolla dos tubérculos globosos de los que surgen tallos erectos y delgados que pueden tener una longitud de entre 20 y 60 centímetros. Su floración se presenta en forma de densas espigas cónicas de 2 a 8 centímetros de altura, que pueden contener hasta 40 flores.
En estado natural, la orquídea piramidal crece en matorrales, prados y claros del bosque, y el hombre puede cultivarla a partir de semillas que se entierran en un sustrato ligero y bien aireado a base de corteza de pino, musgo o grava, o directamente en uno de los sustratos especiales para orquídeas que se consiguen en los comercios del ramo. Asimismo, se necesita que disponga de un buen drenaje, para evitar que la acumulación excesiva de agua genere la pudrición de las raíces y termine causando la muerte del ejemplar.
Es importante que la maceta se encuentre ubicada en un lugar soleado y muy bien aireado, aunque evitando que quede expuesta a las corrientes de aire.
Este tipo de orquídea no soporta las temperaturas extremas ni las heladas tardías, aunque existen híbridos comerciales capaces de crecer en todos los climas. En todo caso, se aconseja mantener esta planta en una temperatura nocturna más fresca que durante el día, para ayudar a que crezca y florezca mejor.
Orquídea piramidal: Requisitos de humedad ambiente y riego
Otro requisito indispensable para el buen desarrollo de esta especie de orquídea en interiores se refiere a que necesita de un alto grado de humedad en el ambiente, sobre todo teniendo en cuenta que en la mayoría de las casas existen equipos de calefacción y aire acondicionado que contribuyen a aumentar la sequedad del aire.
Para contrarrestar estos efectos indeseados, se puede colocar recipientes con agua cerca del lugar donde se encuentre la orquídea piramidal, además de pulverizar agua dulce sobre las hojas y raíces de aquella, usando para ello un pulverizador y evitando que el líquido toque las flores o se produzcan encharcamientos en la tierra. La aplicación de esta forma de riego debe realizarse cada una o dos semanas, dependiendo del tiempo en que el suelo demore en secarse.
