Margarita africana: Características, cultivo y riego

La margarita africana o Arctotis stoechadifolia es una especie de planta herbácea perteneciente a la familia Asteraceae originaria de Sudáfrica, que puede cultivarse en macetas, o en jardines como cubresuelos, o para rellenar pequeñas o medianas superficies o bancales.

Foto: Joaquim Alves Gaspar
Flor de la Arctotis. (Foto: Joaquim Alves Gaspar)

Aunque la base de estas plantas perennes se vuelve leñosa con el paso del tiempo, los tallos verticales y las hojas  se caracterizan por ser suaves y lanosas, que pueden formar una alfombra de un llamativo color verde-gris-plateado que fácilmente puede cubrir un área de 1 a 1,5 m de ancho. Cuando se tocan sus hojas o su florescencia, se desprende un particular aroma agridulce.

Las vistosas flores tienen un aspecto similar al de grandes margaritas, con largos pétalos de color amarillo claro en su superficie,  y tonos rojizos y marrones debajo, y con un centro de color negro. Sin embargo, existen cultivares híbridos de esta especie que ofrecen una gran variedad de colores, incluyendo blanco, rosa, naranja, rojo y púrpura.

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La floración de la margarita africana tiene lugar durante sobre todo entre septiembre y diciembre (Hemisferio Sur), y las flores sólo se abren con la luz del sol. Por eso es recomendable ubicar la planta en lugares a pleno sol, en suelos que sean muy ligeros, que drenen bien y que contengan una buena dosis de arena gruesa para que resulten más permeables.

Como esta especie está naturalmente adaptada al clima mediterráneo de la zona de Ciudad del Cabo, el exceso de humedad puede afectar su crecimiento y puede sobrevivir con muy poca agua en el verano, después de las lluvias de invierno. Asimismo, estas plantas necesitan ser protegidas de las heladas, pero son capaces rebrotar después de los daños que pudiera infligirles el frío extremo.

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La margarita africana puede multiplicarse por semillas, que pueden sembrarse en bandejas durante el otoño y luego se plantan en macetas pequeñas para ser cultivadas en cuanto las plántulas alcanzan un tamaño que haga más fácil su manipulación.

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También existe la posibilidad de reproducir ejemplares de esta especie recurriendo a estacas hechas a lo largo del año. Los cortes tomados de una raíz del tallo pueden crecer saludablemente con mucha facilidad y se colocan en una bandeja llena de arena bien drenada. Los esquejes enraizados se cultivan en bolsas antes de colocarlos en el jardín, aunque se pueden sembrar directamente en las camas del jardín, especialmente durante los meses de invierno.

Ruben
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