La Iris unguicularis siempre ha sido conocida como lirio de Argelia, aunque es posible hallarla en Grecia y sus islas, así como el norte de África, cuyas atractivas y delicadas flores sirven para aportar belleza a los jardines en invierno.
Es una de esas plantas usualmente ignoradas hasta que aparecen los brotes. Posee un rizoma delgado, tallo muy corto y hojas en forma de sable, lineares, de 10 a 50 centímetros de longitud por 0,1 a 0,5 centímetros de ancho.
Las flores del lirio de Argelia, de dulce perfume, se producen por lo general a partir del segundo mes del invierno y pueden manifestarse incluso a principios de la primavera. Cada una de ellas cuenta con tres pétalos externos enrollados de punta violeta, poblada de nervios blancuzcos y púrpuras, de 5 a 9 centímetros de largo por 2 a 2,5 centímetros de ancho. También presenta tres pétalos interiores rectos de color lavanda o violeta, de hasta 8 centímetros de longitud por 1,5 centímetros de ancho.
Esta planta parece prosperar en el abandono y en suelos realmente pobres. Su hábitat natural está constituido por sitios rocosos ligeramente sombreados; En los jardines de zonas con climas templados o fríos puede necesitar de la exposición a pleno sol y un suelo seco, pedregoso y alcalino.
Los lirios de Argelia tienen la particularidad de no florecer de inmediato. En realidad, cuanto más viejas sean las plantas cultivadas mejor será su floración. Las plantas jóvenes, especialmente si crecen a partir de divisiones, necesitan ser sometidas a un riego regular durante su primer verano, pero después de eso se desarrollan y crecen mejor con menos agua.
Aunque las divisiones de la Iris unguicularis pueden ser plantadas en primavera, el mejor momento es el otoño. Esto se debe a que, como muchas plantas mediterráneas, se arraigan mejor en el transcurso del invierno.
Los ejemplares de lirio de Argelia cultivados en macetas, sin embargo, pueden plantarse en cualquier época del año. La fertilización o cualquier tipo de mejora del suelo puede terminar siendo contraproducente para la salud de estas plantas.
Lirio de Argelia: Plagas y acompañamiento
El único problema de plagas para esta especie son las babosas y los caracoles que se esconden en los aglomerados densos de follaje y desmenuzan las flores. Un cebo para babosas o un platillo con algo de cerveza junto a la planta a principios del invierno pueden ayudar a sacarlas.
Dado que su hábitat ideal es un jardín mediterráneo, esta planta resulta perfecta para acompañar arbustos de bajo crecimiento y tolerantes a la sequía como lavandas, cistus y santolinas, todas los cuales tienen follaje gris que es un buen complemento a las flores del lirio de Argelia. Sin embargo, si se cultivan en lugares cerrados, es importante que se asegure de que el crecimiento de estos arbustos no termine abrumando el follaje de la planta.