La pasionaria (Passiflora caerulea) es una planta trepadora originaria de América del Sur que se destaca por la belleza y fragancia de sus flores, por lo que son aprovechadas como un elemento ornamental para jardines y otros espacios verdes.
Se trata de una enredadera de tallos leñosos que pueden trepar aprovechándose de árboles o cualquier otro soporte hasta alcanzar los 20 metros de altura, gracias a los zarcillos flagelados enroscados que brotan en la base de cada una de sus hojas.
El principal atractivo de la pasionaria son sus flores, que en las zonas de clima tropical pueden estar presentes durante todo el año y llegar a medir unos 10 centímetros de diámetro, con cinco sépalos y pétalos de color blanco sobre los que se ubica una corola de filamentos azules o violetas.
Esta planta trepadora puede multiplicarse por semillas o por esquejes leñosos de ejemplares seleccionados con un mínimo de tres nudos a fines de la temporada invernal. Los pequeños plantines deben mantenerse protegidos del frío hasta que puedan ser trasladados a su lugar definitivo durante la primavera.
Los ejemplares jóvenes de pasionaria se siembran en hileras con un margen de separación de 1.5 metros entre cada planta, entutorándola con una guía o estaca para que alcance el soporte definitivo.
La pasionaria crece muy bien en suelos no arcillosos o arcillo arenosos, con pH neutro, ricos en materia orgánica y bien drenados; y para desarrollarse en plenitud necesita ubicarse en un lugar que reciba una importante cantidad de luz. Esta medida ayudará a que la planta tenga una floración más abundante y duradera.
En lo que se refiere a sus requerimientos de agua, la pasionaria necesita de un riego regular durante el verano para asegurar un buen crecimiento y mantener su floración. Como toda planta ornamental, necesita ser sometida a poda de formación.
Pasionaria: Su tolerancia a las bajas temperaturas
En cuanto a las condiciones de temperatura, esta enredadera es resistente a temperaturas inferiores a los 10 grados bajo cero. Las heladas extremas pueden matar la parte aérea, pero la planta puede regenerarse sin problemas produciendo brotes desde la base.
Esta capacidad ha llamado la atención de especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, que se encuentran experimentando con cruzamientos entre las especies de Passiflora del noroeste del país y la Passiflora caerulea, con el fin de obtener ejemplares con floraciones más vistosas pero al mismo tiempo más resistentes a condiciones invernales extremas.
Los híbridos de pasionaria obtenidos en las pruebas se caracterizan por producir más flores, las cuales presentan distintos tonos de violeta y púrpura.