La espuela de caballero o Delphinium elatum es una especie de planta herbácea vivaz originaria del hemisferio norte, de gran valor ornamental, gracias a sus coloridas floraciones donde predominan los tonos azul, celeste, púrpura, rosa crema y blanco, dependiendo de la variedad y del híbrido comercial que se utilice.
Los distintos ejemplares de espuela de caballero pueden crecer hasta alcanzar una altura máxima de 50 a 150 centímetros, presentando un tallo brillante y liso, de color gris azulado, del que se desprenden abundantes hojas alternas con base cordiforme (con forma de corazón) y divididas en 3 o 5 lóbulos lanceolados.
Las grandes y coloridas flores de esta planta se presentan durante la primavera en racimos verticales de hasta 30 centímetros de largo, y la peculiar forma de su espolón (nombre con que se denomina al conjunto de pétalos, sépalos y otros órganos foliares) es la que motivó que se la denomine popularmente como «espuela de caballero», en referencia a dicha parte del equipo de los jinetes de la Edad Media, época en la que se comenzaron a llevar registros de esta especie.
Si bien las variedades tradicionales de estas plantas han sido capaces de sobrevivir durante mucho tiempo sin cuidado ni atención, la mayoría de las espuelas de caballero que se comercializan actualmente como plantas ornametales son híbridos que exigen una mayor atención en cuanto a su hábitat y a las condiciones del lugar donde se realiza su cultivo.
La espuela de caballero crece mejor en suelos orgánicamente ricos con un nivel medio de humedad y a pleno sol, aunque puede agradecer algo de sombra durante la tarde en aquellos lugares donde se registran altas temperaturas veraniegas. Ya sea que se decida cultivar esta planta a partir de semillas, esquejes o división de matas, es importante colocarle un tutor para asegurarse de que las flores permanezcan en su lugar y no se caigan, teniendo en cuenta que su crecimiento vertical es muy alto.
Espuela de caballero: Cuidado con el exceso de humedad
Otra recomendación que debe tenerse en cuenta es que se debe mantener una tasa media de riego y que el terreno cuente con un buen sistema de drenaje, ya que un exceso en la dosis habitual de agua genera un nivel de humedad favorable para el desarrollo del hongo causante de la enfermedad del oídio, uno de los principales enemigos naturales de la espuela de caballero, aunque se han desarrollado algunos cultivares comerciales resistentes a este mal, como los denominados «híbridos del Pacífico».