El cardo de Castilla (Cynara cardunculus), también conocido como cardo comestible o simplemente cardo, es una planta perteneciente a la familia de las asteráceas nativa de la cuenca del Mediterráneo, que es apreciada desde el punto de vista gastronómico y ornamental, gracias al exquisito sabor de sus pencas y el atractivo colorido de sus flores, respectivamente.
En algunas regiones del mundo, esta especie se encuentra muy difundida como maleza, debido a su notable capacidad de aparecer de manera espontánea incluso en terrenos abandonados.
Se trata de una planta perenne y vivaz de raíces profundas y abundantes que le permiten adaptarse a casi cualquier tipo de suelo. sus tallos son erectos, fuertes y estriados, cubiertos con diminutas espinas que pueden provocar un considerable dolor si se alojan en la piel. Por ese motivo, se han desarrollado variedades comerciales que no presentan esa dificultad.
Las hojas del cardo de Castilla pueden medir hasta 1 metro de largo por 60 centímetros de ancho, son de color gris claro con el envés blanquecino y tormentoso, con la lámina profundamente hendida formado segmentos lanceolados y espinosos sostenidos por largos pecíolos carnosos o pencas.
La floración de esta planta consiste en grandes capítlos terminales de forma ovoide, de 8 centímetros de diámetro, conformados por flores tubuladas de color azul o violeta, plumosas y sésiles, protegidas por brácteas espinosas.
Respecto de las condiciones propicias para su desarrollo, el cardo de Castilla necesita de climas templado-cálidos, con una buena exposición a la luz del sol aunque también crece bien en lugares con media sombra, con períodos libres de heladas durante todo el tiempo de cultivo y veranos frescos.
Si se piensa aprovechar esta especie como alimento, no se recomienda su cultivo en zonas en las que las temperaturas estivales sean muy elevadas, porque este factor puede terminar de darle un sabor amargo a las partes comestibles de la planta.
Los ejemplares del cardo de Castilla crecen mejor en suelos profundos, fértiles, bien drenados y enriquecidos con materia orgánica.
Cardo de Castilla: Reproducción y riego
La reproducción se realiza por semillas que se siembran durante la primavera y hasta comienzos del verano, en tierra que haya sido roturada profundamente. Se suele enterrar grupos de 3 a 5 semillas en hoyos distantes a 80 centímetros uno de otro, para que una vez que hayan germinado se dejen sólo los plantines más vigorosos.
Como se trata de una planta que demanda mucha humedad, el cardo de Castilla debe regarse regularmente, sobre todo durante la época más calurosa del año. Debe tenerse cuidado de no excederse en la provisión de agua, ya que esta puede crear condiciones propicias para la aparición del Rhizoctonia solani, un patógeno causante de la podredumbre de la corona.