Camellia japonica: Cultivo, riego y cuidados

Originaria de Japón, China y la península de Corea, la Camellia japonica es la más conocida especie del género de las Camelias, cuyo cultivo comenzó a extenderse por el resto del mundo a partir del siglo XVI, gracias a la belleza, colorido y tamaño de sus flores.

De follaje perenne, es un arbusto que puede alcanzar una altura máxima de 1,70 a 6 metros, con ramas de color pardo grisáceo cuando son jóvenes. Posee hojas pecioladas, coriáceas, de un color verde oscuro lustroso, enteras, puntiagudas y ampliamente elípticas u oblongo-elípticas, de 10 centímetros de largo por 5 centímetros de ancho.

Foto: Photolibrary

Dependiendo de la variedad, las flores de la Camellia japonica pueden ser axilares o subterminales, solitarias o en pares, de 6 a 10 centímetros de diámetro y con pétalos de color rojo, rosa o blanco, o veteadas con dichas tonalidades. El fruto se presenta como una cápsula globosa de un diámetro aproximado de 4 centímetros que contiene una o dos semillas marrones por lóculo.

Esta especie es propia de climas templados y húmedos, con lluvias abundantes, creciendo mejor a la sombra y abrigo de árboles más altos que se encargan de protegerla del exceso de sol y reducen su exposición al viento.

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Se pueden aprovechar moderadamente las bajas temperaturas para intensificar el color y mejorar la calidad de la flor de la Camellia japonica, mientras que las temperaturas elevadas y la baja humedad pueden causar la pérdida de color, e incluso pueden terminar dañando a toda la planta.

Esta especie crece y se desarrolla mejoren sustratos ácidos (con un pH recomendado de 5.5 a 7), enriquecidoscon aporte de materia orgánica, con buena retención de humedad pero al mismo tiempo dotados de un buen sistema de drenaje que evite los encharcamientos.

La Camellia japonica puede reproducirse por semillas, esquejes o acodo (aéreo o bajo). Con la primera técnica, las plantas pueden tardar de 2 a 8 años en florecer.

Las semillas  deben mantenerse en remojo al menos 36 horas antes de la siembra en cajones. Cuando las pequeñas plantas presentan de 3 a 6 hojas verdaderas se puede proceder a su trasplante a maceta  pinzando el extremo del tallo y la punta de la raíz principal.

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Si se decide multiplicar la Camellia japonica por esquejes, éstos pueden ser de brotes terminales o de tallo. Los gajos se cortan dejando en ellos una o dos hojas superiores, seccionando en bisel el extremo inferior, bajo una yema.

Las pequeñas estacas así obtenidas se implantan en tierra con buen drenaje, para luego someterlas a un riego para mantener constante la humedad del suelo, aunque evitando el encharcado.

Necesidades de riego de la Camellia japonica

Hablando de agua, la Camellia japonica necesita disponer de abundante agua, sobre todo durante la formación de nuevos brotes o la época correspondiente a la floración, ya que la sequedad del sustrato y del ambiente puede afectar la adecuada apertura de los capullos.

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Foto: Luis Miguel Bugallo Sánchez

Una vez acabada la floración, estas plantas inician su crecimiento anual, por lo que conviene aplicar un abonado que colabore a una correcta brotación y posterior diferenciación de los nuevos capullos de flor durante la temporada estival.

 

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Ruben
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