Si te decidiste por embellecer tu jardín con glicinas, hay muchos detalles que debes tener en cuenta a lo hora de definir cómo quieres plantarlas y cómo guiar su crecimiento para garantizar su máximo aprovechamiento de acuerdo a las necesidades de cada jardín. Acá te brindamos algunos consejos.
Las glicinas se pueden reproducir con diferentes métodos:
Por acodo:
La glicina es de fácil la multiplicación por acodo simple, en otoño cave una pequeña zanja e inserte la rama con la incisión hacia abajo, tumbada. Cubra con la tierra que acaba de extraer y riegue abundantemente. Ponga una piedra plana encima de la zanja recubierta para evitar que la rama se salga de su emplazamiento. En primavera, brotará una nueva planta.
Por esquejes:
Se puede iniciar bajo vidrio por estacas de madera suave cortadas hacia la mitad del verano. Los tratamientos con hormonas aplicados durante 24 h, favorece el enraizado.
Injerto:
Los tipos seleccionados a menudo se injertan sobre estacas enraizadas de tipos menos deseados.
Semillas:
No es aconsejable la propagación por semillas, ya que tardan más años en florecer (quizás 10 años) y la descendencia es aleatoria, perdiendo en ocasiones las buenas características de la planta madre e incluso puede darse el caso de que no florezca nunca. Recuerde que las semillas de glicina son muy venenosas, manténgalas fuera del alcance de niños y mascotas.
Si se quiere tener la certeza de que su glicina va a ser bien florífera, lo más adecuado es comprar una planta que ya tenga botones florales o esté en plena flor. Si se reproduce por estaca, cortar algunas inmediatamente después de la floración de plantas que lo hayan hecho profusamente, o hacer estacas en invierno, como con la viña.
Guías:
Para guiar el crecimiento de las glicinas, puede elegir entre producir el crecimiento tipo arbolito con follaje péndulo, o que se esparza a lo largo y ancho de una pared, pérgola, etc como enredadera.
En el primer caso, conviene usar como guía un largo puntal de álamo, alejado 2 metros de los sitios potencialmente sensibles. Permita que se enrosquen tan sólo una o a lo sumo dos guías, de modo que rápidamente aumenten su diámetro y se auto sostengan al cabo de pocos años, cuando el puntal ya haya desaparecido en el abrazo.
En el segundo, arma el soporte fijando ganchos por los que pasará el alambre, con una luz de 3 o 4 cm respecto de la pared. Define líneas horizontales paralelas con 50 o 60 cm de distancia entre sí y una vertical, sobre la que se plantará la glicina, y por la cual trepará hasta tanto llegue a las horizontales. Procura dejar un único tronco junto a la columna o pilar, no varios por planta que salgan del suelo, puesto que se enmarañarán más.