Las plantas carnívoras son una opción válida de control natural de insectos que no tiene contraindicaciones de ningún tipo. Además pueden ser muy decorativas y dar el toque exótico a tu casa o jardín. En esta nota te contamos cómo son, y algunas consideraciones generales para su cultivo y cuidado. Riego, suelo, luz, alimentación y plagas.
Existen más de 600 especies de plantas carnívoras (también conocidas como insectívoras) en todo el mundo, y una gran cantidad de variedades. Tienen representantes que se adecuan a diversos climas, temperaturas, alturas y medios. Son plantas muy decorativas, con flores de diversos colores, formas y tamaños, y además son grandes consumidoras de insectos, lo que las convierte en herramientas sumamente adecuadas para el control biológico de insectos (moscas, mosquitos o jejenes, etc.). Son sumamente adecuadas para coleccionarlas porque presentan la posibilidad de obtener gran diversidad de especies.
Una planta carnívora es una planta que obtiene parte o la mayoría de sus necesidades nutricionales mediante la captura y el consumo de animales y protozoos, normalmente insectos y artrópodos.
Aunque las distintas especies de carnívoras poseen diferentes necesidades, todas comparten algunas de estas características.
En cuanto al riego, las plantas carnívoras requieren agua de lluvia o agua destilada. El agua corriente contiene minerales (en especial sales de calcio) que se acumularían hasta matar la planta. Este es el motivo por el cual la mayoría de las plantas carnívoras ha evolucionado en sustratos ácidos y pobres en nutrientes. Ya que la mayoría vegeta en pantanos, casi todas son muy intolerantes a la sequía, por lo que en verano hay que colocar la maceta sobre un platillo con agua. Sin embargo, hay excepciones, como las tuberosas drosera que requieren un periodo seco en verano. El riego se realiza por bandeja, siempre desde abajo.
Para su alimentación, las plantas cultivadas en el exterior normalmente obtienen insectos más que suficientes para alimentarse adecuadamente, aunque en ocasiones se les deben suministrar manualmente para suplementar la dieta. En general, lo mejor es dejar que estas plantas utilicen sus propios recursos: las causas más comunes de muerte para una Venus atrapamoscas, son, además de regarla con agua del grifo, intentar forzar su trampa para alimentarla.
Recuerda que estas planas obtienen nutrientes de los insectos pero aún necesitan de la energía solar. Salvo un par de especies, Nepenthes y Pinguicula, que vegetan bien a la sombra, la mayoría requiere luz brillante o pleno sol, para estimularles a sintetizar los pigmentos rojo y púrpura de la antocianina.
Irónicamente, son propensas a sufrir infestaciones parasitarias de áfidos o cochinillas. Los ataques menores se pueden eliminar a mano, sin embargo las infestaciones masivas requieren un insecticida. Pero el mayor asesino de carnívoras es el moho gris (Botrytis cinerea). Éste medra en condiciones cálidas y húmedas, convirtiéndose en una seria amenaza en invierno. En cierta medida, se puede proteger a las carnívoras de regiones frías manteniéndolas frescas y bien ventiladas y asegurándose de retirar las hojas muertas con regularidad. Si aun así el hongo ataca, será necesario un fungicida.
En otras notas te iremos contando las características particulares de cada una.