Palmeras: el toque tropical para jardines, parques o interiores

Las palmeras son unas plantas extraordinarias que se encuentran en estado natural en zonas tropicales o subtropicales de todo el mundo.

Sin embargo, son lo bastante rústicas para adaptarse a diferentes suelos y climas y su uso decorativo está extendido en casi todos los países.

Aisladas o en grupo, pequeñas o gigantes, en exterior o interior, las palmeras sin dudas otorgan una seña característica a cualquier ambiente.

En esta nota conoceremos más sobre ellas, sus usos ornamentales, las especies más adecuadas para cada caso y las variedades autóctonas en Argentina.

A pesar de lo que suele creerse, las palmáceas no son árboles sino herbáceas. Poseen un solo tronco -falso tronco llamado estipe o estípite- o varios troncos que se unen en la base y que desarrollan un penacho de hojas a expensas de una única yema terminal. Esta circunstancia condiciona de forma total todo su desarrollo. No se ramifican como lo hacen los árboles.

Las raíces son de tipo fibroso, delgadas y numerosas, lo que hace facilita su trasplante aún en edad adulta. Las flores se sitúan en penachos separados por sexos y dan como resultado frutos tipo baya, en un enorme surtido formas y tamaños. Las hojas de las palmeras son de dos tipos:

  • Las de tipo palmado de abanico
  • Las pinnadas, con diseño similar a las plumas de un ave.
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Su uso ornamental puede organizarse de distintas formas: Una palmera solitaria, aislada en el jardín, o un grupo de 3 unidades de la misma especie con distintas alturas. Cerca de una piscina dan un ambiente tropical y además no ensucian el agua tirando hojas como los árboles. Cultivadas en macetones se pueden sacar en primavera y verano al jardín, terraza, porche o patio, y resguardarlas cuando lleguen los fríos. En interiores son muy elegantes y agraciadas. Son especialmente vistosas en alineaciones simples o dobles que acompañen a un camino, realcen la fachada de un edificio o remarquen los límites de un jardín.

Las palmeras tropicales se desarrollan entre los 18 y 30º C. Toleran más o menos bien las temperaturas bajas aunque su crecimiento es más lento. El frío las debilita y las hace más sensibles a las enfermedades. La mayoría de las palmeras tropicales detienen su crecimiento si las temperaturas nocturnas son inferiores a 15º C. y sufren daños si descienden por debajo de los 13º C.

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Cualquier especie de la familia Palmáceas puede emplearse como planta decorativa de interior en su fase juvenil. Para exterior, algunas de las especies más extendidas son: Archontophoenix cunninghamiana, Arecastrum romanzoffianum, Butia capitata, Caryota urens, Chamaerops humilis, Cocos nucifera, Howea forsteriana, Jubaea spectabilis, Livistona australis, Phoenix dactylifera, Phoenix reclinata, Rhapis excelsa, Roystonea regia, Washingtonia sp.

A la hora de buscar especies para nuestro jardín, lo más sabio es buscar especies nativas, que se adaptarán mejor y necesitarán de menos mantenimiento. En Argentina existen numerosas variedades de palmeras autóctonas, tales como: Arecastrum romanzoffiana; Acrocomia aculeata; Butia capitata; Butia yatay; Copernicia alba; Trithrinax brasiliensis; Trithrinax campestris.

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Cristian
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