El spray casero para ahuyentar caracoles y babosas de tus plantas es realmente fácil de hacer y realmente económico. Además, y principalmente, se trata de un plaguicida que no daña a las plantas ni resulta tóxico para el entorno. ¿Cómo hacerlo? entérate ya mismo.
Los ingredientes para este líquido que limpiará a tus plantas de caracoles y babosas son amoníaco, jabón líquido y agua. Además, procura conseguirte una botella con rociador, que es la mejor forma de aplicar el compuesto a las hojas.
Preparación, aplicación y efecto del spray casero
Simplemente mezcla una parte de amoníaco en cuatro partes de agua directamente en la botella. El jabón líquido cumple una función adherente, que facilitará el contacto efectivo con el pequeño animal, por lo que será suficiente con una cucharadita cada medio litro de agua. El modo de aplicación es mediante un rociado directo sobre el insecto en cuestión. Verás que se forma una suerte de lodo verde que los ahuyentará en el acto.
Con este plaguicida ecológico y casero, las babosas dejan de ser un problema apenas las detectas. También los caracoles huyen con este preparado, aunque quizás necesitan algún chorro más dado que se esconden en su caparazón. Si te da pena rociarlos directamente, puedes aplicar el líquido en las hojas de forma preventiva.
Otros plaguicidas caseros que no dañan el medioambiente: plaguicida de crisantemo y tanaceto
Este preparado te servirá también para ahuyentar mosquitos en las tardes veraniegas. Su composición es totalmente inocua, ya que se realiza con pelitre natural proveniente de la matricaria (tanacetum parthenium) y la margarita piretro (tanacetum cinerariafolium). Es frecuente que estas plantas se cultiven en jardines orgánicos para ahuyentar plagas.
A su vez, este plaguicida e insecticida casero y natural sirve para atraer moscas, depredadores clásicos de algunas plagas como los áfidos.
Para preparar el spray para combatir plagas en tu jardín de forma casera necesitarás una parte de flores de crisantemo, dos partes de flores de tanaceto, dos gotas de aceite de sésamo y una medida de queroseno o aceite mineral. Simplemente agregas las flores a un recipiente de vidrio y las cubres con el queroseno. Dejas reposar este preparado toda la noche y luego lo cuelas. Este concentrado se diluye en seis partes de agua y se agregan unas gotas de aceite de sésamo.