Tener uno o varios árboles frutales en casa puede constituir una importante fuente de alimentos frescos que ayudan a lograr una dieta más rica, variada y saludable. Sin embargo, la mayoría de estas especies se encuentran expuestas al ataque de plagas y enfermedades que pueden terminar arruinando su producción e incluso causar la muerte de la planta. Por ese motivo es importante saber cuáles son las amenazas más comunes y qué medidas pueden tomarse para prevenirlas, o combatirlas una vez que se han hecho presentes.
A continuación, se enumerarán algunas de las especies del reino animal que son capaces de afectar el normal crecimiento y producción de los frutales, dejando para un próximo post las medidas de control que pueden implementarse para su control.
Pulgones: Es común encontrar estos insectos chupadores en cítricos, cerezos, membrillos, granados, manzanos, y melocotones o durazneros. Se instalan en el envés de las hojas y en brotes tiernos, desde donde succionan la savia del árbol. También pueden afectar la capacidad de fotosíntesis, ya que segregan una melaza negra y pegajosa que cubre las hojas y atrae a la fumagina, un hongo pulverulento de color blanco al principio y luego gris o negrusco, similar al hollín. Cuando el ataque tiene lugar sobre citrus y durazneros se produce el enrulamiento de las hojas, sobre todo en los órganos jóvenes o en las puntas de las ramas.
Cochinillas: Esta plaga suele atacar a los cítricos y a distintas especies del género Rubus (zarzamora, mora, frambuesa, etc.). Atacan principalmente troncos y ramas, aunque también se las puede encontrar en las hojas. Los síntomas más comunes son la decoloración de frutos y hojas y su desecamiento. Al igual que en el caso de los pulgones, las hojas pueden cubrirse con una melaza negra y pegajosa.
Arañitas: La araña amarilla puede ensañarse con frecuencia almendros y rubus, provocando la decoloración y amarillamiento de las hojas, que terminan secándose y cayendo. Otros síntomas de su presencia son la aparición de pequeñas manchas de color blanco, la pérdida de vigor de la planta y la producción de frutos de inferior calidad.
La araña roja, por su parte, provoca daños al succionar la hoja que se vuelve de color amarillento y adoptan forma de cuchara. El fruto suele presentar deformaciones y la yema no termina de desarrollarse. Ataca principalmente avellanos, nogales, arándanos, frambuesas, manzanos y durazneros.
Mosca de las frutas: Esta plaga puede atacar a todos los citrus a excepción del limón, también se la puede detectar en durazneros, damascos, ciruelos, manzanos, peras, higos, y en hortalizas como pimientos y tomates. Las hembras colocan los huevos en grupos de 3 a 5 perforando la piel del fruto, las cáscaras de los huevos van acompañadas por bacterias que descomponen las frutas para alimentar a las larvas.
Grapholita o gusano de brote: Con este nombre se denomina a las pequeñas mariposas de color grisáceo que colocan sus huevos en los brotes, que son luego penetrados por las larvas. Las puntas de los brotes se cubren de una sustancia gomosa que al secarse se ennegrece tomando un aspecto quemado.
Obviamente, estas sólo son algunas de las plagas que pueden afectar a los árboles frutales que se tienen en el hogar, y su mayor o menor incidencia pueden depender también de las condiciones ambientales, por lo que siempre es conveniente consultar a los especialistas de cada zona ante la aparición de signos que pudieran estar indicando la presencia de insectos dañinos o enfermedades, para identificar correctamente la amenaza y tomar las medidas adecuadas para combatirla.
