La temporada cálida del año es el período en la que los jardines y otros espacios verdes se convierten en el escenario de numerosas actividades al aire libre, lo que genera un tránsito y uso intensivo que terminan provocando un desgaste en el césped.
Por eso, el final del verano puede ser la época ideal para reparar aquellas áreas deterioradas, aprovechando las últimas temperaturas altas que ayudan al crecimiento la mayoría de las especies utilizadas como grama, sobre todo aquellas que se extienden por tallos que se arrastran por el suelo.
Además del cultivo del nuevo césped en las zonas dañadas con semillas, es posible reproducir nuevas gramíneas para reparar la superficie verde recurriendo a rizomas, estolones, división de matas con terrón, o a los conocidos tepes.
Para colocar aquellas partes que son separadas de la planta madre (rizomas, tallos rastreros, matas, etc.) el terreno debe ser preparado de la misma manera que para la siembra convencional del césped.
La extracción de los estolones de la planta original se realiza cortando segmentos de unos 10 centímetros de longitud y con al menos cuatro nudos a lo largo del tallo. Estas piezas se deben implantar en la tierra con un margen de separación de 10 a 15 centímetros entre cada una de ellas.
Para ello, se debe abrir un hoyo algo inclinado en el que se introduce el pequeño tallo hasta dejar enterradas tres cuartas partes del mismo. Luego se compacta la tierra alrededor y se riega con abundante agua, aunque evitando encharcamientos o que el lavado del sustrato por el exceso.
Bermuda, gramillón o hierba de San Agustín, Agrostis stolonifera o hierba rastrera, grama bahiana o pasto de los Jesuitas, gramilla blanca, y kikuyo o césped africano, son algunas de las especies de césped que pueden multiplicarse utilizando esta técnica.
Antes de proceder a su implantación, es recomendable sumergir los estolones en agua por alrededor de tres horas.
Césped nuevo: Riego y primer corte
En cuanto a la frecuencia de riego que estas especies requieren, la misma dependerá del grado de desecación sufrida por el suelo y por la variedad cultivada. en este último punto hay que tener en cuenta que, por ejemplo, la agrostis necesita riegos frecuentes para crecer y desarrollarse sin inconvenientes; la grama bahiana, por su parte, es poco demandante de agua.
El primer corte del nuevo césped se suele hacer cuando las hojas alcanzaron una altura superior a los 10 centímetros, siempre utilizando máquinas y herramientas con las cuchillas bien afiladas y desinfectadas, para no desarraigar las plantas, no dañar sus tejidos, y para prevenir la transmisión de enfermedades.