La mirra (Myrrhis odorata), también conocida como cerifolio o perifollo oloroso, es una planta herbácea perenne aromática originaria de Europa Central, que desde tiempos remotos es aprovechada como alimento, producto saborizante, e incluso con fines terapéuticos.
Los ejemplares de esta especie presentan una cepa gruesa de la que surgen tallos que, dependiendo de las condiciones, pueden alcanzar una altura máxima cercana a los dos metros. Los mismos tienen un aspecto cilíndrico, con restos de vainas en la base, y por lo general son ramificados en la zona apical.
Las hojas de la mirra son grandes (pueden superar los 50 centímetros de largo), tienen un peciolo envainador, un contorno triangular y un haz verde. Se encuentran seccionadas en segmentos oblongo lanceolados de hasta 3 centímetros y profundamente dentados.
Las flores, que hacen su aparición durante el verano, son blancas, son compuestas y no bracteadas, con un diámetro de unos 2 a 4 milímetros, reunidas en grandes umbelas, y pueden tener hasta 18 radios. El fruto es un mericarpo largo y muy asurcado, de hasta 20 milímetros de largo por 3 milímetros de ancho, glabro, con 5 costillas primarias prominentes y subaladas, que despide una fragancia anisada.
En condiciones naturales, la mirra suele crecer en formaciones herbosas de suelo fértil, en zonas frescas y umbrosas, y también en las orillas de los arroyos.
En la actualidad se la cultiva en jardines de plantas silvestres o como borde de florales en zonas donde se registran calores moderados. Su reproducción se realiza por semilla o por división de matas en primavera o en otoño.
Para asegurarse de que tenga un buen crecimiento, la mirra se debe cultivar en suelos moderadamente fértiles, húmedos o muy húmedos pero bien drenados, débilmente ácidos (pH 4.5-7.5) y ricos en nitrógeno.
En cuanto a sus requerimientos de luminosidad, es preferible que la planta de Myrrhis odorata se encuentre ubicada en un sitio en el que haya penumbra o semisombra.
Mirra: Una planta resistente a plagas y enfermedades
Como puede verse, esta planta no requiere demasiados cuidados, e incluso ofrece la ventaja de prácticamente no sufrir los efectos de las habituales plagas de jardín, como así tampoco de las enfermedades, aunque siempre debe cuidarse de mantenerla libre de las malas hierbas que compitan con ella, y evitar los encharcamientos de agua que puedan favorecer la aparición de hongos que afecten su salud.
El uso de la mirra es principalmente culinario, aprovechándose sus hojas como hierbas saborizantes, ya sea crudas o cocidas. Cuando se cultiva con esa finalidad, es conveniente quitar los tallos de las flores a medida que se desarrollan para mejorar la calidad de las hojas destinadas al consumo humano.
