Angélica (Angelica archangelica): Cultivo, cuidados y propagación

Muy utilizada para aromatizar distintos licores, preparar medicamentos naturales y condimentar comidas, la angélica (Angelica archangelica) es una planta herbácea de fácil cultivo, que no demanda muchos cuidados y que puede crecer sin inconvenientes tanto en ambientes exteriores como interiores.

Es identificada como una especie perenne o bienal de corta vida que puede llegar a medir hasta dos metros de alto, con hojas grandes y simples que pueden secarse y usarse en infusiones o condimentos. En su primer año de vida se presenta como una roseta simple con un tallo pequeño (de menos de un metro), pero al año siguiente se desarrollan hojas y un tallo mucho más grande.

La floración de la angélica tiene lugar cada dos años, cuando produce pequeñas y numerosas flores, de tono blanco amarillento o verdoso que se agrupan en grandes umbelas globulares que producen frutos oblongos de color amarillo pálido.

Esta herbácea prefiere climas fríos y una ubicación semi-sombreada a soleada. Por tratarse de una planta sensible al calor, en zonas con veranos con altas temperaturas se se recomienda una ubicación de sombra ligera y moteada que ofrezca una buena protección contra los rayos del sol.

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La angélica (Angelica archangelica) crece y se desarrolla mejor en sustratos húmedos y fértiles, enriquecidos con materia orgánica y ligeramente ácidos. También es importante contar con un suelo moderadamente húmedo (no tolera la sequía) pero bien drenado y libre de malas hierbas.

Al momento de planificar el cultivo de esta planta, es importante dejar bastante espacio alrededor de la misma (mínimo 60 centímetros), ya que su raíz puede extenderse hasta más de un metro.

Para asegurar una presencia constante de esta hierba aromática en jardines y huertas se recomienda utilizar algunas de las técnicas de reproducción más conocidas, que son por semilla o por división. En este punto cabe acotar que algunas personas prefieren dejar que sea la propia angélica la que se autosiembre. en cuyo caso suelen dejar las flores secas para que las semillas tengan tiempo para madurar y caigan directamente en el suelo de alrededor. Si las condiciones climáticas, ambientales y de suelo son buenas, esas semillas con seguridad germinarán durante la primavera.

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En aquellos sitios en los que las condiciones de crecimiento no sean las ideales, se suele retirar las semillas de las plantas y sembrarlas en macetas, presionándolas suavemente sobre la superficie del sustrato pero no enterrándolas, ya que necesitan luz para poder germinar. A continuación se colocan los contenedores en un sitio luminoso con temperaturas entre 15 y 18 °C, teniendo cuidado de mantener siempre la humedad del suelo.

Propagación por división de la angélica (Angelica archangelica)

Como se dijo previamente, otro método válido de propagación de la angélica consiste en la división de las plantas, algo que puede realizarse cuando la planta tenga dos o tres años.

Para esta operación se puede introducir una pala u otra herramienta para levantar toda la planta y dividir las raíces con un cuchillo afilado. Las piezas obtenidas de este modo deben replantarse de inmediato, en un suelo fértil y húmedo.

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Ruben
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