Tulipán africano: Características, cultivo y cuidados

El tulipán africano (Spathodea_campanulata), conocido también como árbol de tulipán, tulípero de Gabón, llama del bosque o galeana, es una especie de árboles caducifolios que se utiliza como ornamento en jardines tropicales y subtropicales del mundo, donde impone la belleza de su espectacular floración.

Esta planta puede crecer hasta alcanzar los 13 metros de altura (cuando se lo cultiva), o hasta los 30 metros cuando se desarrolla en estado silvestre. Presenta un tronco alto que puede llegar a medir los 10 centímetros de diámetro, de corteza oscura, coronado con una copa pequeña y redondeada.

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Las hojas del tulipán africano son imparipinnadas con 4 u 8 pares de folíolos elípticos y uno solo terminal, de mayor tamaño que los otros, ubicado al final del raquis. Poseen también el margen entero y el ápice agudo. Por lo general, cuando son nuevas tienen un color bronce verdoso que luego se vuelve verde oscuro.

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Sus flores, cuyo tiempo de aparición depende del grado de exposición al sol que la planta tenga,  son acampanadas, de un fuerte color anaranjado y tienen los bordes amarillos, miden cerca de diez centímetros y nacen agrupadas en racimos de ubicación terminal. Debido a que almacenan en su interior el agua de las lluvias o el rocío, suelen atraer a las aves.

La reproducción del tulipán africano puede hacerse mediante semillas o por esquejes, y su cultivo no requiere cuidados especiales.

Eso sí, este árbol requiere ubicarse en un lugar expuesto a pleno sol, si bien puede crecer sin problemas en áreas semisombreadas, aunque en ese caso la floración no será tan abundante ni vistosa.

Debido a que se trata de una especie originaria de regiones tropicales y subtropicales, el tulipán africano gusta de los climas cálidos, teniendo poca tolerancia a las bajas temperaturas y las heladas. Durante la etapa de crecimiento se recomienda mantener las plantas pequeñas a una temperatura superior a los 15ºC. Las plantas más grandes pueden soportar niveles de temperaturas más bajos, pero siempre debe tenerse cuidado de que los mismos no desciendan de los 0 ºC.

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Tulipán africano: Riego y suelo

Su condición tropical también le impone una alta demanda de humedad ambiente así como lluvias periódicas. El riego debe aplicarse de manera regular, haciendo que el suelo permanezca húmedo, pero en ningún momento encharcado.

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Hablando de suelo, el tulipán africano requiere ser cultivado en un sustrato suelto, no calizo, rico en materia orgánica y con un buen drenaje. Para aportar a un crecimiento más saludable y a una mejor producción de flores, se recomienda aportar abono orgánico, mezclándolo con la tierra alrededor de la base del árbol cada dos años.

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Ruben
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