Palmeras ornamentales: La palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense)

Originaria de regiones montañosas de Colombia y Perú, la palma de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense) es una especie de palmera que en la actualidad se cultiva con fines ornamentales en distintas zonas del continente americano.

Esta especie perenne es considerada la palma y monocotiledónea más grande registrada en el planeta. Su tallo puede alcanzar una altura máxima de entre 20 y más de 60 metros, y un diámetro de 25 a 40 centímetros. Luce color claro, con cicatrices prominentes que dejan las hojas que se caen, formando anillos oscuros alrededor del tronco, que se encuentra cubierto de una capa muy gruesa de cera (de allí el origen de su nombre común).

Foto: Dick Culbert

Esta palmera es una planta de crecimiento lento, pudiendo pasar unos 15 años desde que la semilla germina hasta que el árbol comienza a formar un tronco,

La parte superior de la  palma de cera del Quindío se encuentra conformada por alrededor de 14 a 20 hojas verde oscuras distribuidas en una densa corona hemisférica, con una envoltura de 70 a 120 centímetros, cubiertas con un indumento grueso de color marrón claro. Su pecíolo mide entre 44 y 80 centímetros de longitud por 10 centímetros de ancho en el ápice. cubierto abaxialmente con una cubierta de tricomas de color blanco con escamas deciduas con bases cerosas persistentes, gruesas.

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Los frutos de esta elegante palmera decorativa son globosos y de color rojo anaranjado al madurar, midiendo generalmente de 1,6 a 2 centímetros de diámetro.

En su hábitat natural, la palma de cera del Quindío crece reunido en grupos sobre las estribaciones occidentales de los Andes, entre 2.500 a 2.800 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas del ambiente que oscilan entre los 12 °C y 19 °C, y con lluvias promedio de 1800 milímetros al año, en suelos arenosos de alta acidez.

Por esto, los especímenes de Ceroxylon quindiuense crecen y se desarrollan mejor si se cultivan en áreas a pleno sol o con luz filtrada, en suelos húmedos, ricos en humus y bien drenados. Esta especie de palma requiere poco mantenimiento si se encuentra con condiciones ambientales favorables.

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Tolerancia al frío de la Ceroxylon quindiuense

Esta planta puede tolerar breves heladas intensas en su ambiente climático nativo y se puede cultivar al aire libre en climas templados esencialmente libres de heladas.

Foto: Jorge Gutierrez Pareja

La palma de cera del Quindío generalmente tiene un sistema de raíces de penetración profunda y se establecen mejor cuando se plantan en una etapa joven. Sin embargo, las plantas más antiguas son sustancialmente más tolerantes al frío que las juveniles. En áreas en el límite de su tolerancia al frío, por lo tanto, es prudente cultivarlas en contenedores por algunos años, dándoles protección para el invierno, y solo plantarlas en sus posiciones permanentes cuando lo imponga el tamaño.

En cuanto al riego, en el caso de los ejemplares trasplantados es importante proporcionarles abundante agua hasta que se restablezcan.

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Ruben
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