El muérdago o acebo (Ilex aquiflorum) es una especie originaria de la cuenca del Mediterráneo y de Asia que es muy apreciada en jardinería por la especial belleza de sus hojas y frutos, que se muestran con todo su esplendor durante las estaciones frías del año.
No se debe confundir con el Viscum album, una planta de crecimiento parasitario que no sólo recibe la misma denominación común de muérdago, sino que también se utilizada como adorno en las casas durante las fiestas navideñas, sobre todo en el hemisferio Norte.
El muérdago o acebo, por su parte, se desarrolla como un pequeño árbol o un arbusto dioico (tiene individuos machos e individuos hembras) y puede crecer hasta superar los 10 metros de altura y 4 metros de diámetro. Todos los especímenes son de tallos vestidos desde la base y de copa triangular. La corteza se muestra al principio de color verdoso, pero a partir del segundo año va adquiriendo su tonalidad gris oscura característica.
Las hojas del muérdago son brillantes, persistentes, simples, pecioladas, alternas y ovaladas. de color verde oscuro y de consistencia coriácea, con los bordes dentados punzantes (cuando son jóvenes o en las ramas más bajas de los adultos) o lisos (en las ramas altas de los arbustos adultos).
Las flores de esta especie suelen tener un diámetro de 8 o 9 milímetros, son de color blanco o ligeramente rosado y pueden estar solitarias o reunidas en racimos más o menos densos ubicados en las axilas de las hojas.
Los atractivos frutos del muérdago, que sólo son producidos por los pies femeninos de muérdago, son globosos de aproximadamente 1 centímetro de diámetro y muy abundantes. Su color es por lo general rojo brillante, aunque algunos ejemplares también producen frutos amarillos, y se mantienen en el árbol a lo largo de todo el invierno.
Esta última característica es la que la convierte en una de las especies preferidas a la hora de seleccionar plantas que sirvan para darle color y luz a un jardín en épocas diferentes a la clásica primavera.
Muérdago: Reproducción, suelo y riego
El muérdago puede reproducirse fácilmente por semillas y gajos, tanto en otoño como en primavera, y prefiere los suelos profundos, ricos en humus y bien drenados. En zonas donde predominan los climas fríos se planta al sol, mientras que en las regiones cálidas es mejor cultivarlo en semisombra.
Como se trata de una planta de crecimiento medio y soporta muy bien la poda, en algunos lugares se utiliza mucho para formar setos. En cuanto a sus necesidades de agua, crecerá bien si se lo riega al menos dos veces por semana.