El abeto de Corea (Abies koreana) es una atractiva conífera originaria de las áreas montañosas de dicha península, ideal para su cultivo ornamental en jardines fríos e incluso para formar pantallas verdes.
Antiguamente, se trataba de un árbol difícil de encontrar, lo que dio origen al desarrollo de variedades comerciales que se presentan con diferentes tamaños y colores, pero que conservan las principales características estéticas de la especie.
El abeto de Corea es un árbol compacto de hoja perenne y crecimiento lento, que crece a una tasa de alrededor de 15 centímetros por año hasta alcanzar una altura entre 10 y 18 metros. Su tronco, de un diámetro aproximado de 60 centímetros, es corto y se encuentra protegido por una corteza de color gris parduzco y con una textura suave poblada por brotes de resina.
Las hojas de este árbol tienen un aspecto semejante al de agujas de 2 centímetros de largo por 2 milímetros de ancho. Tienen un ápice muescado y presentan color verde oscuro en la parte superior y dos bandas estomáticas blanquecinas en la inferior, con una delgada nervadura central verde.
Las flores femeninas del abeto de Corea se destacan por sus colores carmesí, rosado o verde que se dan libremente en primavera, distribuidas en líneas verticales a lo largo de los brotes. Las flores masculinas son globulares, de color rojo-marrón que se abren al amarillo y se agrupan entre las hojas.
Una vez terminada, la floración deja lugar a hermosos conos que en su estado de inmadurez se muestran de color azul-verdoso o púrpura-azulado que miden aproximadamente 10 centímetros de largo. Aparecen en plantas muy jóvenes, poseen una forma cilíndrica ligeramente cónica y son un gran aporte ornamental.
Los distintos cultivares del abeto de Corea (Aurea, Prostrata, Silver Snow, Compact Dwarf, etc.) se propagan por semillas, siendo conveniente ubicarlos en un lugar soleado y protegido, en un terreno blando, pero bien drenado y ligeramente ácido. Deben evitarse los suelos alcalinos o calcáreos.
Las épocas recomendadas para la plantación de esta especie de abeto son a mediados de otoño en suelos ligeros, o en primavera cuando se lleva a cabo en suelos pesados.
Debe mantenerse un margen libre de malezas alrededor de las raíces del abeto de Corea durante los primeros años hasta que el sistema se haya establecido adecuadamente. Después de ese período es necesario cubrir la zona con mantillo cada primavera, pero evitando que el mismo toque el tronco.
También se sugiere aplicar un aditivo anual de fertilizante balanceado durante la segunda mitad de la primavera.
