La Kalanchoe blossfeldiana es una planta suculenta perenne originaria de Madagascar muy utilizada como planta de interior o en jardines en zonas de clima cálido, que se destaca por su fácil mantenimiento y el gran atractivo de sus hojas brillantes y hermosas flores, cuyo color varía dependiendo del cultivar.
La más conocida de las especies del género Kalanchoe puede desarrollarse hasta alcanzar los 30 centímetros de altura. Como toda crasulácea, esta planta posee hojas más gruesas de lo normal para ayudar a la acumulación de reservas de agua, las mismas son de color verde brillante, con largos pecíolos y con los márgenes dentados.
La floración de la Kalanchoe blossfeldiana se produce naturalmente en verano, aunque los ejemplares sometidos a esfuerzo también pueden producirla durante la temporada invernal. Las flores se agrupan en racimos en el extremo de los tallos, generalmente de aspecto tubular y, como se dijo previamente, su color varía según del híbrido del que se trate, desplegando una gama que incluye rojo, blanco, púrpura, amarillo, y amarillo-anaranjado, entre otros.
Los ejemplares de esta especie suelen utilizarse como plantas de interior en la mayoría de las zonas climáticas del mundo, mientras que su cultivo en jardines sólo es recomendable en lugares donde se registren climas cálidos, debido a que no tolera las temperaturas inferiores a los 10 grados centígrados.
En todo caso, la temperatura ambiente más adecuada, sobre todo para el período inicial de germinación y crecimiento, debe rondar entre los 20 y 25 grados.
La Kalanchoe blossfeldiana puede cultivarse por semillas o por esquejes, siendo esta última la técnica más utilizada, consistente en plantar las estacas durante la primavera en lugares con buena exposición al sol o con semisombra.
Kalanchoe blossfeldiana: Suelo y riego
El suelo del cultivo debe ser suelto, aireado, poroso y bien drenado, recomendándose tierra para cactus, o en su defecto una mezcla de arena de río lavada y gruesa con turba negra (50 % y 50 %). Otra alternativa de sustrato es el compuesto por un tercio de tierra de jardín, un tercio de arena gruesa y un tercio de mantillo de hojas. También se puede agregar un poco de carbón vegetal para evitar el desarrollo de hongos.
La Kalanchoe blossfeldiana debe ser regada con moderación durante la primavera y el verano, dejando secar la tierra entre una aplicación y otra. Durante las épocas frías del año (otoño-invierno), el riego sólo debe producirse cuando el sustrato esté bien seco, reduciéndolo a medida que se vayan registrando temperaturas más bajas, hasta suspenderlo completamente cuando el termómetro descienda a menos de 10 grados.
