Los corredores o pasillos son lugares angostos y de espacio limitado que sirven para comunicar distintas habitaciones de una casa o para permitir el tránsito de las personas entre edificios. Por lo general, estos lugares tienen una anchura de 80 a 200 centímetros y, por estar rodeados por paredes altas, no suelen recibir la luz directa del sol, lo que convierte a estos recorridos muy duros y poco agradables a la vista.
Para cambiar la carencia de calidez de los pasillos se puede recurrir al uso de plantas trepadoras, muchas de las cuales ofrecen la ventaja de crecer en contenedores o canteros de ancho reducido (algo importante para no obstruir la circulación de las personas), además de ser capaces de expandirse y cubrir grandes superficies sobre los muros laterales.
Otra característica a favor de cultivar esta clase de plantas es que la mayoría se adapta a la escasa luminosidad y las bajas temperaturas que suelen registrarse en los corredores.
Entre las especies más utilizadas con esta finalidad se encuentra la higuera trepadora (Ficus repens), una planta perenne orginaria de Asia y Australia que se caracteriza por su resistencia a las heladas medias y suaves, y por su capacidad para crecer incluso en suelos pobres.
La variación de su aspecto a lo largo de las cuatro estaciones del año la convierten en una de las alternativas favoritas para ornamentar los pasillos.
Otra característica interesante de la higuera trepadora es que cada planta puede desarrollarse hasta medir hasta 8 metros de altura por 3 metros de ancho, permitiendo cubrir con facilidad grandes extensiones en las paredes laterales del corredor.
La viña virgen (Parthenocissus tricuspidata) es otra especie que suele recomendarse como ornamento de las paredes de los pasillos, ya que su capacidad de crecer rápidamente le permite cubrir amplias fachadas en muy poco tiempo.
Esta planta trepadora tiene la particularidad de que sus hojas varían de color durante tu existencia, pasando de verde a una interesante tonalidad rojiza durante el otoño, antes de su caída.
Se adapta muy bien a las condiciones ambientales propias de los corredores, ya que además de tener pocas exigencias en materia de suelo y clima es capaz de crecer bien en zonas con mucha sombra. Soporta niveles muy bajos de temperatura y el calor fuerte, aunque en este último caso es conveniente mantener un buen riego.
Entutorado de las plantas trepadoras
Para cultivar estas y otras plantas trepadoras es necesario colocar los tutores que servirán para que los tallos se adhieran y puedan cubrir las paredes según el gusto o conveniencia del dueño de casa.
Estos sistemas de entutorado pueden ser los conocidos enrejados de madera o metal, o pueden bastar las clásicas líneas de alambre extendidas horizontalmente, separadas 50 centímetros una de otra y fijadas mediante pitones que se atornillan a tarugos previamente clavados en la pared.
Debe tenerse en cuenta que es conveniente plantar ejemplares pequeños de plantas trepadoras para que se adapten más fácilmente a su lugar definitivo.
