El cardo de mar (Eryngium maritimum) es una planta de hoja perenne originaria de las dunas de las costas europeas, que se caracteriza principalmente por el particular atractivo de sus flores de color azul metálico y por su capacidad de crecer y desarrollarse en suelos totalmente arenosos y con una alta exposición al sol.
En efecto, se trata de una especie psamófila, término con el que se designa a las plantas adaptadas a los sustratos arenosos, lo que las hace dependientes de la movilidad del suelo y de la influencia del aire de mar y del alto contenido en sales propio de la arena de la costa.
El cardo de mar, cuando se encuentra protegido del viento por las dunas, puede crecer en su ámbito natural hasta alcanzar una altura máxima de entre 20 y 60 centímetros.
Los ejemplares de esta especie se presentan con una roseta basal, de la que brotan tallos duros y espinosos, de un característico color azulado o plateado, con hojas perennes de una atractiva tonalidad azul-gris o azul-verde.
Las floraciones de esta planta, que son de larga duración, están formadas por apretadas brácteas, también de color azul metálico.
El cardo de mar es una planta de jardín resistente a distintas condiciones ambientales adversas como los vientos, los períodos de sequía y el aire salobre del mar. Resulta muy útil para atraer a abejas y mariposas.
En cuanto a su uso, las plantas de esta especie suelen cultivarse al frente de camas o bordes, en jardines marítimos, jadines de roca y paisajes de vida silvestre, además de servir como planta de alimentación de abejas para la producción de miel.
El cardo de mar crece y se desarrolla sin inconvenientes en cualquier suelo seco a moderadamente húmedo y bien drenado, tolerando también los sustratos pobres. Como ya se dijo, su mejor ubicación para el cultivo es a pleno sol. Dado que tienen una raíz muy profunda, estas plantas no soportan bien el trasplante una vez establecidas.
Cardo de mar: Multiplicación por semillas
La multiplicación de esta especie puede hacerse por semillas adquiridas en casas especializadas.
La siembra del cardo de mar debe hacerse preferentemente 56 días antes de la última fecha de helada prevista, y la germinación ocurre dentro de las dos o tres semanas siguientes a la siembra bajo condiciones adecuadas de calor (20ºC) y humedad de la tierra.
En caso de que la germinación no se produzca al cabo de tres o cuatro semanas, es recomendable refrigerar las semillas por 14 a 28 días antes de volver a intentar su siembra.
Cuando son lo suficientemente grandes para manejar, se recomienda colocar las plántulas de cardo de mar en macetas individuales y cultivarlas en invernadero para su primer invierno. Luego se las trasplanta a sus ubicacions permanentes a finales de primavera o principios del verano, una vez pasada la temporada de heladas.
