Amaranto (Amaranthus caudatus): Características y cultivo

Aprovechado desde tiempos milenarios por los habitantes de las regiones andinas de Sudamérica, el amaranto (Amaranthus caudatus) es una planta famosa por el valor nutritivo de sus semillas y por la belleza de sus hojas y flores, características que la convierten en una especie atractiva para tener tanto en un jardín como en un huerto.

Es una planta de rápido crecimiento cuyo tallo central puede alcanzar entre 50 y 300 centímetros de altura. Posee ramas cilíndiricas que por lo general brotan desde la base. Su raíz principal es corta, acompañada por filamentos secundarios largos que se dirigen hacia abajo.

Foto: Kurt Stüber
Foto: Kurt Stüber

Las hojas del amaranto son anchas y lucen un color verde brillante, existiendo algunas variedades que también incluyen tonos rojizos o morados en las nervaduras.

Las flores son muy vistosas y se encuentran reunidas en largos racimos de color rojo o púrpura oscuro que brotan del tallo principal. Su pigmentación se debe a un alto contenido de betacianinas y realza considerablemente su atractivo al contrastar con la tonalidad verdosa del follaje.

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El cultivo el amaranto ofrece la ventaja de adaptarse con facilidad a distintas condiciones ambientales y de suelo, resistiendo sequías y las bajas temperaturas, además de poder crecer y desarrollarse indistintamente en suelos salinos, húmedos o áridos.

Esta especie se multiplica a través de semillas (unas 55 semillas por metro cuadrado) que se siembran a tan solo 2 centímetros de profundidad en tierra húmeda para que la germinación se produzca en forma rápida y sin dificultades.

El amaranto puede sembrarse primero en almácigos, donde se lo mantiene hasta que alcance una altura de entre 15 a 20 centímetros, después de lo cual se procede a su trasplante al jardín o al huerto en surcos distanciados a 70 centímetros. Los orificios de implante deben ser profundos, de unos 30 centímetros aproximadamente, para que puedan albergar la sección radicular sin dificultades.

Se pueden colocar de 3 a 6 plantines cada 40 o 60 centímetros por surco para luego cubrirlos de tierra.

Para un mejor crecimiento y desarrollo se recomienda cultivar el amaranto en lugares bien iluminados, siendo la mejor época de siembra el verano. En las regiones templadas, estas plantas se pueden iniciar en el interior a principios de primavera y se trasplantan al aire libre una vez que haya pasado la última helada.

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Amaranto: Riego y cosecha

En cuanto a sus necesidades hídricas, esta especie sólo necesita una buena dosis de humedad sólo en el momento de la siembra y hasta que aparecen las plantitas. Para mejorar su producción de semillas, se puede mantener un riego regular durante todo su ciclo de vida hasta el momento de la recolección de los granos (alrededor de 180 días).

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Las espigas del amaranto hacen su aparición a mediados o fines de la temporada estival. Si se las frota y se nota que las semillas se desprenden es conveniente suspender la aplicación del riego y dejar pasar tres días antes de iniciar la cosecha, cortando las espigas y poniéndolas a secar al sol durante dos días sobre una manta.

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Ruben
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