Plantas medicinales que crecen en jardines y huertos

Muchas personas desconocen que un buen número de las especies que suelen utilizarse para ornamentar un jardín contienen propiedades de gran utilidad para las personas. Dentro de ese amplio grupo benéfico se encuentran las denominadas plantas medicinales.

Estas plantas constituyen una importante ayuda para el control de enfermedades no severas y otros malestares, aunque siempre es recomendable, antes que nada, consultar con un médico si conviene su consumo teniendo en cuenta las condiciones físicas de cada individuo.

Valeriana

Desde la antigüedad las plantas medicinales se han usado para el tratamiento de afecciones en la piel, parásitos intestinales, problemas hepáticos, retención de orina, insomnio, etc.

La amapola, la manzanilla, el hinojo, la rosa, el laurel rosa, el enebro, el azafrán, la cebolla, el ajo, el comino, la cebolla, el anís, la vid y el ajo son mencionados en testimonios escritos sobre tratamientos de distintas dolencias desde tiempos remotos.

¿Por qué estas especies pueden ser aprovechadas tanto para tratamientos caseros como para la elaboración de productos farmacéuticos industriales?

En general, las sustancias activas presentes en las plantas medicinales son originadas por los procesos del metabolismo primario que derivan en los fotosintéticos y que fundamentalmente producen sacáridos, que son azúcares complejos y los productos del metabolismo secundario, que son los resultantes de la asimilación del nitrógeno.

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De estos dos procesos se originan, dependiendo de la especie, alcaloides, glucósidos, saponinas, taninos, aceites esenciales, terpenos, aceites grasos, glucoquininas, mucílagos, antisépticos y hormonas que tienen efectos (positivos o negativos) sobre el organismo humano.

A continuación, se ennumeran algunas de las especies vegetales que pueden ser una importante fuente de sustancias beneficiosas para la salud de las personas:

Las plantas de los géneros Gentiana, Angelica y Centaurea son consideradas como poseedoras de principos glucósidos, por lo que tienen una buena influencia sobre la función gástrica, ayudan a tratar casos de falta de apetito y anorexia, y estimulan la función hepática y de las vías biliares.

La genciana azul (Gentiana acaulis), la angélica (Angelica archangelica L.) y la arzoya (Centaurea ornata), son algunas de las especies que corresponden a esta categoría de plantas medicinales.

La margarita común (Bellis perenis), los arándanos (Vaccinium), la uva de oso (Arbutus uva-ursi), la alimonia (Agrimonia eupatoria), la salvia (Salvia officinalis), la verónica (Veronica officinalis), y la potentila (Argentina anserina), entre otras, son parte del grupo de las plantas con propiedades astringentes, ya que sus taninos aplicados sobre la piel deshidratan los tejidos y los desinflaman.

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Las plantas medicinales con propiedades diuréticas incluyen al sauco negro (Sambucus nigra), el enebro (Juniperus communis), el hiperico (Hypericum perforatum), al brezo (Erica Sp.), y al abedul (Betula pendula).

Algunas de las especies conocidas por sus principios activos sedantes al modificar el comportamiento del sistema nervioso central son la valeriana (Valeriana officinalis), el lúpulo (Humulus lupulus), la calluna (Calluna vulgaris), etc.

Genciana azul

Es importante tener en cuenta que los principios activos presentes en una determinada planta medicinal no tienen una acción única, por lo que es habitual encontrar especies que pueden ser utilizadas para tratar varias enfermedades.

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Ruben
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