Algunas entre ellas, la difenbaquia, flor de pascua y primavera. Como norma general, desconfíe de las que desprenden látex y de las que tienen bayas rojas o negras.
Existe la creencia bastante generalizada entre el público de que muchas plantas de interior son venenosas. Efectivamente las hay pero no es para alarmarse, aunque si deben adoptarse medidas de precaución.
La bella y conocida Dieffenbachia, de tan alto valor ornamental en interiores, puede incluirse dentro del grupo de plantas venenosas, por cuanto su sabia tiene esta característica, el veneno que contiene actúa sobre la lengua, paralizándola y retorciéndola.
Por la misma razón, el carácter tóxico de su látex (sustancia pegajosa de aspecto lechoso), obliga a considerar venenosas a las Euphorbias, tanto a la conocida Flor de pascua como a las diversas especies de este género que adoptan formas espinosas e, incluso, suculentas.
Por sus frutos resulta también venenosa otra planta que suele cultivarse tanto en interiores como exteriores. Se trata del Solanum Pseudocapsicum, cuyas bayas rojas parecen tener efectos tóxicos de cierta importancia.
Ahora vamos a referirnos a Adelfa (nerium olander), esta planta se caracteriza porque tanto sus hojas como sus flores tienen efectos tóxicos.
La Datura es otra planta que incluye diversas especies arbóreas herbáceas, que se caracteriza por la vistosidad de sus flores y el aroma de las mismas. Entre estas especies las hay que se cultivan por su valor medicinal, pero también existen especies ciertamente venenosa, extrayéndose, incluso, de una de ellas una droga de carácter alucinógeno.
Quizá podrían buscarse más plantas de interior que engrosaran la lista de plantas venenosas, pero de cualquier manera esta lista no sería demaciado extensa. Una norma de precaución a seguir sería desconfiar, en principio, de aquellas plantas que al cortar algunas de sus hojas desprenden látex, así como las que producen bayas rojas o negras.
Imagenes: flowersgrowing.com, graines.be
