La cola de caballo (Equisetum arvense) es una planta perenne originaria del hemisferio Norte muy popular en el mundo de la medicina herbolaria desde tiempos antiguos y cuyo uso también se ha extendido al campo de la agricultura ecológica para combatir los hongos que amenazan la salud de las plantas.
Los ejemplares de esta especie se desarrollan como arbustos en zonas húmedas y templadas, y se la considera una mala hierba debido a que se reproduce con suma facilidad y a que es capaz de absorber grandes cantidades de nutrientes del suelo, compitiendo ferozmente con otras plantas presentes en el lugar.
Por lo general, la cola de caballo puede encontrarse en lugares con suelos arcillosos o encharcados, sobre todo en cercanías de pastizales o a orillas de cursos de agua, ya que para su crecimiento demanda una buena dosis de humedad.
Se trata de un arbusto perenne de tallo rizomatoso, el que puede ser estéril o fértil. Los primeros suelen comenzar a brotar después de que los tallos fértiles han emergido.
Los tallos estériles de la cola de caballo contienen una sucesión de segmentos (20 como máximo) de los que brotan ramas erectas y pueden llegar a medir hasta medio metro de largo. Los fértiles, por su parte, suelen tener una longitud considerablemente menor (10 a 20 centímetros) y son más suculentos.
Los tallos estériles se recolectan durante el verano y se dejan secar en manojos colgados a la sombra, para luego ser machacados para su uso en la preparación de cremas, infusiones, cápsulas, etc., para aprovechar sus propiedades medicinales.
Hablando de su empleo en el cuidado de la salud, la cola de caballo contiene minerales silicatados, potasio y calcio, y desde tiempos remotos es conocido su uso como diurético. También resulta útil para el cuidado de los tejidos de la conjuntiva y para el tratamiento de distintos tipos de hemorragias.
Como suele ocurrir con toda planta medicinal, es importante consultar con un profesional antes de proceder a su consumo. Asimismo, debe tenerse presente que, dentro de su familia, sólo la cola de caballo tiene propiedades curativas, debiendo evitarse el uso de otras especies similares que pueden ser tóxicas para el ser humano.
Esta planta también tiene propiedades detergentes gracias a su contenido de saponinas, principalmente de equisetonina, por lo que también resulta útil para la elaboración de champú.
Uso de la cola de caballo como fungicida
La cola de caballo también puede aprovecharse como un eficiente fungicida casero preventivo y curativo, gracias a su buen contenido de silicio y a la presencia de saponina que resulta tóxica para los hongos.
Para este uso, se necesitan varias ramas de la planta que son preparadas siguiendo las instrucciones contenidas en el post «Cómo preparar un fungicida casero usando cola de caballo«.
