El riego es uno de los cuidados básicos si se desea mantener a la mayoría de las plantas saludables y con su mejor aspecto, y la imagen más común de esta actividad es la de una persona vertiendo el agua sobre la superficie del suelo del jardín o de una maceta.
Sin embargo, este método convencional puede resultar negativo para algunas especies. Por ejemplo, las violetas africanas suelen sufrir decoloraciones y cubrirse de manchas si se deja caer el agua sobre sus hojas. Para estos casos, la técnica más adecuada de aportarles la humedad necesaria es la de riego desde la base.
Los partidarios de esta técnica aseguran que no sólo sirve para eliminar problemas como el mencionado en el párrafo anterior, sino que representa una manera más eficiente de mantener el suelo húmedo, ayudando a ahorrar tiempo y esfuerzo, además de brindarle a las plantas un medio ambiente más saludable. Cuando se hace correctamente, este método puede ser adecuado para cualquier planta en maceta, tanto en interiores como en exteriores.
Cuando se riega una planta en maceta desde la base, se ayuda a que las raíces se fortalezcan más porque siempre estarán creciendo directamente hacia abajo en busca de la humedad.
Para aplicar esta técnica de riego, se utiliza el recipiente en forma de plato que muchas macetas traen en su base, o en su defecto un cuenco lo suficientemente grande como para contener la base del contenedor. Dicha pieza se llena a la mitad con agua, preferiblemente agua destilada o filtrada, ya que la proveniente de la red de la casa suele contener sales y minerales agregados que pueden resultar dañinos para las plantas.
A continuación, se deja la maceta en el recipiente por sólo diez minutos. Una vez pasado ese tiempo, se debe revisar el nivel de humedad para ver si el suelo ha absorbido suficiente agua. Si todavía está seco por debajo de la superficie, conviene mantener la maceta en el agua por hasta 20 minutos más para permitir que absorba la mayor cantidad de agua posible. Luego se retira el exceso de líquido que haya quedado depositado en el fondo del plato.
Cómo verificar el nivel de humedad en la tierra de la maceta
Una manera sencilla y práctica de verificar el nivel de humedad presente en la tierra de la maceta consiste en enterrar el dedo en el suelo entre la pared del contenedor y el tallo de la planta. Si se empuja hacia abajo hasta llegar al segundo nudillo y aún no se siente el sustrato húmedo, puede tomarse como una señal de que es momento de regar la planta.
Debe tenerse en cuenta que, si bien el riego desde la base de la maceta ayuda a que las plantas mantengan sus raíces uniformemente húmedas, no basta para eliminar la sal y los depósitos minerales que se acumulan en la parte superior del suelo después de un tiempo. Para solucionar este problema basta con verter agua sobre la superficie del sustrato para que drene hacia abajo una vez al mes, para enjuagar la tierra y eliminar los excesos de minerales.
