La imagen común de los olivos es la que corresponde a grandes árboles que se cultivan específicamente para la producción de aceitunas. Sin embargo, existen especímenes que se crían con fines puramente ornamentales y que no dan fruto.
Hacer crecer olivos en macetas y otros contenedores es posible, y constituye una interesante opción para quienes desean darle a sus pequeños jardines un toque mediterráneo, no disponen de suficiente espacio para un árbol convencional, o viven en lugares demasiado fríos.
Muchos pueden preguntarse si realmente es posible cultivar estas plantas en recipientes, y la respuesta es sí. Se trata de árboles muy adaptables y resistentes a la sequía, lo que los hace ideales para la vida en recipientes. Asimismo, existen cultivares enanos que pueden adaptarse a macetas de diferentes tamaños.
La mejor época para comenzar a cultivar olivos en macetas u otro tipo de contenedores es la primavera, después de que toda la amenaza de las heladas haya pasado.
Como estos árboles necesitan un suelo rocoso y con buen drenaje, el recipiente puede rellenarse con una mezcla de tierra de macetas y perlita o pequeñas rocas.
Al seleccionar el material del contenedor, se puede optar por la arcilla o la madera. Los recipientes de plástico suelen desaconsejarse debido a que retienen más agua, algo que puede ser mortal para un olivo.
Una vez hecha la plantación, conviene colocar la maceta con el olivo cultivado en un lugar que reciba por lo menos 6 horas de pleno sol cada día.
Para que la planta crezca y se desarrolle de la mejor manera, hay que asegurarse de que no sobre agua, debiendo sólo regarse cuando la parte superior del suelo se haya secado completamente hasta unos 2,5 centímetros de profundidad.
Cultivar olivos en macetas: Cuidado con el frío
Los olivos no son muy resistentes al frío y necesitarán ser llevados al interior adentro en zonas donde se registren temperaturas inferiores a los 0ºC. Algunas variedades son aún más sensibles, por lo que se recomienda consultar con algún viverista de la zona sobre cuál es la que mejor se adapta a las condiciones climáticas imperantes.
En todo caso, es conveniente llevar la maceta con el olivo cultivado al interior de la vivienda o de un invernadero antes de que la temperatura ambiente descienda al punto de congelación.
Una vez protegido, el contenedor con el olivo puede colocarse cerca de una ventana soleada o debajo de luces artificiales. Una vez que las temperaturas se recuperen en primavera, se puede llevar nuevamente al exterior, donde se mantendrá durante todo el verano.
