Jardines con plantas perennes: Preparación y cuidados

Bien seleccionadas y cuidadas, las plantas perennes le pueden ofrecer a un jardín una gran variedad de colores, formas, fragancias y texturas por muchas temporadas, ya que pueden vivir durante más de dos años y engloban a un importante número de especies capaces de adaptarse a las necesidades y gustos de las personas, y a las características del lugar donde se cultivan.

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Quien desee cultivar estas especies vegetales deberá tener en cuenta que, aparte de saber elegir las que mejor se adapten a las características espaciales y ambientales de su jardín, es muy importante conocer y practicar una serie de cuidados en materia de preparación del suelo, la siembra o transplante, y riego.

El primer y necesario paso para obtener un jardín con plantas perennes consiste en la preparación cuidadosa y bien planeada del suelo, eliminando las malas hierbas perennes antes de ararlo. También debe asegurarse de que el suelo quede bien suelto para facilitar el drenaje, pero que también retenga la humedad suficiente para un buen crecimiento de las plantas.

También es conveniente agregarle a la cama una capa de abono de 10 cm, y luego se puede cubrir la superficie aplicando mantillo con un espesor aproximado a los 7 cm. Después de arar, se procede a aplanar y humedecer el terreno, dejándolo listo para recibir las semillas.

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Las plantas perennes pueden cultivarse con semilla o por transplante de recipiente a suelo, siendo el primer método el método más simple y económico para producir una gran cantidad de plantas.

Las semillas pueden sembrarse en filas o esparciéndolas al voleo. Una vez en la tierra, se las cubre con una capa ligera de mantillo y se comprime el suelo, empapándolo mediante el uso de un atomizador. Es necesario que las semillas se mantengan húmedas hasta que broten.

Quienes desean ahorrarse de esperar a que la  simiente brote y desarrolle un buen sistema de raíces, pueden optar por adquirir  las plantas perennes que ya están en crecimiento y que vienen en contenedores. Esta característica ofrece la ventaja de que no sólo se pueda plantar en primavera, sino que la temporada se amplíe al verano (aunque evitando los días muy calurosos) e inicios de otoño; aunque debe tenerse en cuenta que una plantación más temprana hará que las  raíces estén mejor preparadas cuando comience el invierno.

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Las plantas perennes que vienen en recipientes deben regarse antes de ser puestas en tierra, donde deben ser enterradas a la misma profundidad en que estaban en el contenedor.

Aplicación de materia orgánica y riego

A las plantas perennes nuevas se les suele aplicar un poco más de 5 cm de materia orgánica, lo que se repetirá luego en forma anual, preferentemente durante la estación de la primavera. Esta aplicación ayudará a reducir la frecuencia de los riegos.

Las perennes recién plantadas, aunque sean aquellas especies que no necesitan mucha agua, requieren de un suelo húmedo para desarrollarse sin problemas. Por eso es necesario regarlas hasta casi inundarlas y revisarlas con regularidad para evitar que se sequen.

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Una vez que las plantas se acostumbran al suelo y dan señales de crecimiento, se debe disminuir gradualmente la frecuencia de riego.

Hay que recordar que los riegos menos frecuentes pero más profundos ayudan a que las raíces de las plantas perennes profundicen más, lo que les otorgará una mejor resistencia a las sequías.

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Ruben
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