Los estanques dan armonía a los jardines y tornan cualquier espacio verde, sea grande o pequeño, en un lugar de ensueño, donde aprovechar para desconectarse de las preocupaciones y ligarse a lo sencillo y puro de la naturaleza. ¿Convencidas? ¿Cómo hacerlo? Es fácil, rápido, y no requiere de mucho presupuesto. ¡Manos a la obra!
Encantadores desde todo punto de vista, los estanques sólo necesitan de algunos simples requisitos para ser construidos en el propio jardín. Primero, saber exactamente y de antemano dónde querrás que esté dispuesto. Para ello, debes trazar un boceto del jardín y visualizar -y dibujar también- el lugar donde quedará instalado en pequeño lago.
Materiales para un estanque en tu jardín
Debes tener en cuenta que los diseños de los estanques pueden implicar varias formas y tamaños. Si aun no tienes decidido cómo quieres que sea el tuyo, es recomendable que te tomes tu tiempo para estudiar un estilo que se adecue a tí, a tu jardín y a tu bolsillo.
Además de la forma, ten en cuenta, a la hora de diseñarlo, la profundidad que el mismo habrá de tener. El promedio para un estanque repleto de vida es de 30 a 50 cm.
De todos modos, puedes saber con certeza que necesitarás, como materiales indispensables, una pala, tijeras, piedras, martillo, piquetas y una manta de caucho. Esto último te permitirá, de forma sencilla, lograr que el agua no se escurra, sin necesidad de incurrir en impermeabilizaciones más trabajosas que quizás sí hagan indispensable la mano de obra profesional.
Ten en cuenta, además, que el estanque no sólo se compone de agua. Puedes colocar en él hermosas plantas acuáticas y unos bellos peces de colores. Si colocas pececitos, verás cómo, al cabo de un tiempo, los pequeños crecen y superan en mucho la medida en que se comercializan en las tiendas. Además, si tienes suerte, los peces comenzarán a reproducirse, y en unos meses tendrás familias enteras de peces de colores en el jardín de tu casa. Eso sí, cuidado con los felinos.
Construcción del estanque
Listo el diseño, procede entonces a delinear el área, es decir, marcar el perímetro, con una soguita o cuerda. Lo segundo es cavar. Si no tienes experiencia: paciencia, a la media hora de que empezaste le tomarás la mano. Puedes optar por dejar pequeñas «terrazas» dentro de tu estanque. Lo que debes obtener, mediante la pala, es un fondo liso, libre de rocas o guijarros.
Sobre ese piso liso aplica la membrana, dejando que una parte sobresalga en la superficie. Antes de fijarla con piquetas al suelo, debes ir echando el agua, de modo que aquella vaya tomando la forma de tu estanque. Luego sí, fíjala.
Añade plantas, peces, piedras de colores, lo que quieras. Decora como más te guste tu pequeño lago en su contorno y a disfrutar.
