Zapallito de tronco: Cultivo, riego y cuidados

El zapallito de tronco (Cucurbita maxima var. zapallito), también conocido como zapallito redondo, es una especie anual, perteneciente a la familia de las Cucurbitáceas y originaria de América del Sur, cuyo cultivo para el consumo humano data de tiempos precolombinos.

Se trata de una planta compacta y de baja altura, de tallos rastreros y semierectos con entrenudos cortos y desprovistos de guías o zarcillos. Presenta raíces profundas y muy ramificadas. En su parte aérea tiene hojas grandes, de lóbulos redondeados, ásperas al tacto y de color verde.

Foto: Fernando López Anido
Foto: Fernando López Anido

Las flores de esta variedad son grandes, de color amarillo, solitarias y unisexuadas. En ocasiones la floración masculina se presenta en racimos sostenidos por largos pedúnculos y la fase de reproducción se inicia con la aparición de las flores femeninas.

Los frutos, conocidos popularmente como zapallitos, son pequeños, verdes, deprimidos y se cosechan y consumen durante el período tierno de su desarrollo, cuando la cáscara es tierna y el mesocarpio jugoso y agradable. Esta característica los hace especiales para la elaboración de frituras y ensaladas, o para rellenos en este caso de los frutos de forma más esférica.

Las condiciones ideales para el cultivo del zapallito de tronco incluyen una zona climática templada o cálida, con períodos de 80 días libres de heladas. También puede desarrollarse muy bien en regiones secas.

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Se trata de una especie de ciclo corto, porque entre la siembra de la semilla y la cosecha de los frutos suele mediar un lapso de 50 a 60 días, característica que permite obtener varias cosechas durante el año en aquellas zonas donde se registren períodos largos sin heladas.

Las semillas del zapallito de tronco, que conservan su poder de germinación por varios años, se pueden sembrar a mano en suelos sueltos, bien drenados y profundos, con alto contenido de materia orgánica. La siembra se hace generalmente en surcos separados por una distancia mínima de 70 centímetros, depositando de cuatro a cinco semillas en pequeños hoyos con una separación de 60 centímetros entre ellos.

Posteriormente, cada mata producida por hoyo deberá ser raleada para dejar en ella de dos a tres plantas. Treinta días después se hace un trabajo de aporcado, consistente en recoger tierra en el entorno de las plantas y amontonarlas junto a éstas haciendo un montículo o un caballón. Esta labor tiene como finalidad hacer que los especímenes se encuentren más firmes durante la cosecha.

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Otra tarea importante en el cuidado de esta especie es escardar o limpiar la tierra con frecuencia para erradicar las malas hierbas ni bien se establezcan.

Zapallito de tronco: Riego y cosecha

El riego del zapallito de tronco se realiza cuando el suelo se encuentra con bajos niveles de humedad, teniendo siempre cuidado de no mojar el cuello de la planta para no favorecer el desarrollo de enfermedades. El agua se aplica principalmente en la floración y durante el cuaje de los frutos, lo que ayudará a obtener zapallitos más claros y de cáscara más brillosa.

Foto: Frutos del cultivar Veronés INTA (Foto: INTA)
Foto: Frutos del cultivar Veronés INTA (Foto: INTA)

La cosecha se lleva a cabo cuando la flor ha cuajado y el diámetro de los zapatillos ronda entre los 5 y 10 centímetros. Se recomienda retirar incluso los frutos que se hayan pasado, ya que de lo contrario éstos pueden afectar la formación de las flores femeninas y con ello la planta ya no producirá nuevos zapallitos de tronco.

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Ruben
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