Salsifí (Tragopogon porrifolius): Cultivo, riego y cuidados

El salsifí (Tragopogon porrifolius) es una herbácea originaria de las regiones mediterráneas de Europa que puede aprovecharse como alimento, gracias al exquisito sabor de sus raíces, o como planta ornamental, debido a su atractiva floración.

Esta especie se caracteriza por tener un tallo erecto y sin ramificaciones que puede medir una altura máxima de 150 centímetros de alto. Este variar según la variedad de que se trate. Su raíz comestible es robusta, larga y cónica.

Posee hojas basales y caulinares, cuya forma varía de linear a lanceolada, que pueden alcanzar  los 40 centímetros de longitud por 0,5 centímetros de ancho.

En zonas con climas templados a fríos, el salsifí suele florecer durante el verano, pero en zonas más cálidas se puede apreciar la floración a partir de mediados de la primavera. La cabeza de la flor es de unos 5 centímetros de diámetro, y cada uno está rodeado de brácteas verdes que son más largas que los pétalos. Son de color púrpura-rosado, de 0,30 a 0,50 centímetros de diámetro. Las flores son hermafroditas, y la polinización se lleva a cabo mediante la intervención de insectos.

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Aparte de su raíz, otras partes de la planta suelen aprovecharse como alimento, como es el caso de los brotes florales que se pueden utilizar como espárragos, ya sea crudos o cocidos, y de las flores que se pueden agregar a enaladas, mientras que las semillas germinadas se pueden utilizar en sándwiches.

Sea cual sea la finalidad de su cultivo, el salsifí necesita un sitio cálido y soleado, preferiblemente en un suelo ligero, libre de piedras y con un buen drenaje.

Para asegurar un buen desarrollo, se recomienda mantener la zona libre de malezas, arrancándolas a mano para evitar daños en las raíces de la planta. Una buena solución para evitar la aparición de malas hierbas consiste en cubrir el suelo con algún material de acolchado.

El salsifí es un cultivo de raíz fría y se recomienda su siembra dos semanas antes de la última helada esperada en primavera cuando la temperatura del suelo ha alcanzado los 4,4ºC.  En regiones con inviernos templados, se puede sembrar a principios de otoño para obtener una cosecha de invierno. Los ejemplares de esta especie requieren de 120 a 150 días para llegar al momento de la cosecha y es mejor cuando alcanza su madurez en un clima fresco.

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Conviene sembrar las semillas de esta planta a 1,30 centímetros de profundidad y con un margen de separación de 7 centímetros entre planta y planta.

En cuanto a su riego, esta especie necesita mantenese uniformemente húmedo para evitar que las raíces se endurezcan.

Salsifí (Tragopogon porrifolius): Cosecha

El salsifí se puede cosechar después de la primera helada en otoño y no es recomendable dejar que la planta permanezca en el jardín o el huerto después de que las temperaturas suban por encima de los 29ºC, ya que las raíces se vuelven muy fibrosas.

Cuando aquellas alcanzan los 30 centímetros de largo o más, se encuentran listas para su extracción. Para ello se levanta la planta entera a mano o con una azada, teniendo cuidado de no romper las raíces.

Después de su cosecha, el salsifí puede mantenerse en el refrigerador durante 3 o 4 semanas.

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Ruben
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