Cuando las épocas más frías del año están cerca y las plantas van debilitándose o aletargándose, es el momento de comenzar a preparar la huerta para que pueda afrontar las consecuencias del invierno. La limpieza de un espacio verde, ya sea un jardín o un huerto, es fundamentalmente necesaria para la buena salud a largo plazo de las plantas que lo habitan.
La época indicada para realizar esta labor es el otoño, en coincidencia con la llegada de las primeras heladas, y ello implica deshacerse no sólo de la materia vegetal muerta, sino también quitar o limpiar aquellas estructuras sobre las que se cargan algunas especies, sobre todo aquellas que se desarrollan como enredaderas y trepadoras.
En este caso, se recomienda retirar los materiales usados para entutorar o sostener las plantas, como las jaulas o enrejados, a los que se les debe pulverizar una mezcla de dos partes de agua con una de lavandina, a fin de eliminar agentes patógenos que podrían haber quedado retenidos en dichos medios de apoyo y que podrían atacar a las nuevas plantas en la huerta después del invierno.
Las plantas muy viejas, enfermas o muertas, además de los frutos caídos o estropeados, deben ser retirados de la huerta y echados a la basura o quemados. Si los desechos pertenecen a una planta que estuvo sana, los mismos pueden compostarse para sacarle el máximo provecho. En cambio, si el material de la planta en cuestión mostró señales visibles de enfermedades, se recomienda su destrucción, ya que si se elabora abono con estos restos es muy probable que se termine propagando el mal, afectando a un mayor número de plantas al año siguiente.
Habitualmente, se recomienda comenzar las labores de preparación de la huerta para el frío invernal justo después de que la primera helada haya matado a la mayoría de las plantas anuales. Sin embargo, si antes de que se produzca ese fenómeno ya se aprecia que las plantas están muriendo y ya no producen nuevas cosechas, se puede comenzar el trabajo de limpieza del terreno.
Cómo determinar el tiempo de limpieza en una zona sin heladas
Si se vive en una zona climática en la que no se producen heladas, es importante fijarse detenidamente en el aspecto de los especímenes cultivados en la huerta para determinar cuál es el momento de iniciar la preparación del lugar con vistas al invierno. En ese caso, el momento en que las especies anuales comiencen a verse amarillentas y a morir puede considerarse el momento óptimo para comenzar a limpiar el huerto.
Por último, y aunque muchos creen que la llegada del frío puede significar el cese de toda actividad en el huerto, cabe recordar que existen distintas especies de plantas comestibles que pueden cultivarse en otoño e invierno.
