Rhipsalis, un género de cactus muy particular

El género Rhipsalis reúne a una treintena de especies de cactus que suelen tener hábitos epífitos (crecen en las ramas de los árboles, de cuyas hojas muertas se alimentan), que resultan ideales para cultivar en macetas colgantes dado su peculiar crecimiento y a que no requieren demasiados cuidados cuando se los mantiene en el interior de las viviendas.

Rhipsalis sulcata. (Foto: Ken Friedman)

Si bien existen diferencias entre las distintas especies de Rhipsalis, las plantas más conocidas se caracterizan por tener tallos cilíndrico-colgantes que se ramifican con frecuencia y que carecen de espinas, mientras que en aquellos casos en que sí las tienen, las mismas son muy finas y tienen un aspecto similar a pelos.

Las flores que producen los ejemplares de este género son más pequeñas que las de los otros cactus y suelen presentarse en color blanco, aunque también existen especies con flores rosadas (Rhipsalis pacheco-leonis y Rhipsalis paradoxa) o rojas (Rhipsalis hoelleri), que se encuentran en peligro de extinción por la pérdida de su hábitat natural.

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Varias son las especies que en la actualidad se cultivan comercialmente y que pueden adquirirse en los comercios dedicados a la jardinería. Se acostumbra cultivarlas en macetas colgantes para que puedan lucir mejor su exuberante follaje verde y funcionan bien como plantas de interior en las ventanas debido que sus requerimientos de luz son más bajos que en otras plantas crasas.

Debido a que se trata de un género que se desarrolló naturalmente en las selvas tropicales de América Central y del Sur, en África y en algunas islas en el Océano Índico, el Rhipsalis crece sin inconvenientes en lugares donde las temperaturas medias no descienden de los 12 o 10 grados centígrados y tiene escasa resistencia a las heladas.

Rhipalis: Suelo, humedad y multiplicación

Crece mejor en suelos ricos, frescos y bien drenados, recomendándose mezclar una tercera parte de arena, una tercera parte de tierra de jardín y una tercera parte de tierra de brezo, que le aporta una gran cantidad de humus y fibras.

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La humedad ambiente es otro aspecto a tener en cuenta cuando se cultiva un ejemplar de Rhipsalis, ya que la mayoría de sus especies necesitan estar en un lugar donde el nivel de vapor de agua en el aire no sea inferior al 80 %. Para alcanzar esta proporción, sobre todo durante las temporadas de mucho calor, es conveniente realizar vaporizaciones cada dos o tres días.

Rhipsalis baccifera (Foto: Frank Vincentz)

El riego, por su parte, debe hacerse de manera regular, dejando que la tierra se seque entre una aplicación y otra, e interrumpiéndolo completamente durante el período de reposo del cactus.

Si se desea multiplicar las plantas de Rhipsalis, las técnicas más usuales y efectivas son por semilla y por esquejes caulinares durante las estaciones de primavera y verano.

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Ruben
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