Granado: Cultivo, suelos y riego

Originario de Asia Central, el granado (Punica granatum) es un pequeño árbol frutal cuya principal utilidad hasta hace unos años era el aprovechamiento de sus exquisitos y saludables frutos, aunque en los últimos tiempos también se ha registrado un uso más frecuente de esta especie para obtener atractivos ejemplares de bonsai. Su poca exigencia en materia de suelos y su resistencia a las sequías facilitan en parte su cultivo convencional al aire libre.

granadas_1

De aspecto similar a un arbusto elevado, el granado es capaz de alcanzar los 5 metros de altura y posee un tronco con corteza normalmente agrietada y fragmentada, ramas espinosas y una copa densa, con hojas caducas de color verde amarillento que pueden medir hasta los 5 centímetros de largo.

Su floración tiene lugar en primavera, bajo la forma de flores solitarias de color rojo brillante, de un diámetro aproximada de 4 centímetros, con numerosos y llamativos estambres de color amarillo. Los frutos, conocidos como granadas, maduran a fines de verano y otoño, y cada uno de ellos presenta una corona en el extremo apical, una capa externa muy rígida de color marrón rojizo en la madurez, que encierra numerosas semillas angulosas, envueltas cada una por una cubierta translúcida y jugosa.

MIRA TAMBIEN  Poda de cítricos: Objetivos y modalidades

El clima más apto para el cultivo del granado es el subtropical o tropical, siendo en la primera zona donde hay mayor probabilidad de obtener mejores frutos debido a que el período de altas temperaturas coincide con el de maduración de las granadas.

Este árbol frutal también puede crecer en otras regiones climáticas, siempre que la temperatura mínima no descienda a menos de los 10 grados centígrados bajo cero. Es importante tener en cuenta que, debido a su retraso vegetativo y de floración, corre el riesgo de que las heladas tardías de primavera afecten sus flores.

El granado no es indiferente a la acidez o alcalinidad del suelo, ofreciendo un mejor rendimiento si se cultiva en un sustrato ligero, fresco y profundo. También es conveniente que sea permeable, debido a que los ejemplares de esta especie suelen exigir mucha agua y frescura en sus raíces para producir frutos en mayor cantidad y calidad.

En esto también tiene influencia la ubicación de la planta, obteniendo mejores resultados si se la coloca en un lugar soleado y protegido de los vientos.

MIRA TAMBIEN  Pistachero (Pistacia vera): Cultivo, riego y cuidados

La plantación del granado se lleva adelante a principios de primavera, una vez que pasaron las heladas, enterrando pequeños arbustos de dos años sacados el día anterior del vivero. Cada uno de estos árboles jóvenes se planta en un hoyo de unos 40 centímetros de profundidad y con una separación de 4 metros entre cada planta, con la raíz desnuda y con la parte superior podada para equilibrio de las dos partes.

Antes de plantar, se recomienda labrar bien la tierra para airearla y para que se mantenga húmeda, y luego aplicar una capa de estiércol.

Granado: Riego y propagación

En cuanto al riego, si bien es resistente a las sequías y puede crecer sólo con el aporte de las lluvias, el granado rinde más y mejores frutos si cuenta con un buen nivel de humedad en el suelo, por lo que se aconseja realizar un buen riego durante la primavera y un par de riegos en verano.

Foto: Habib M’henni
Foto: Habib M’henni

La reproducción del granado puede hacerse por semilla (técnica poco utilizada por ser un proceso demasiado lento), por esquejes enterrados en tierra arenosa o de jardín, o por separación de vástagos (chupones).

Recibe Gratis Nuestros Articulos!

Ruben
Ruben