Nomeolvides o Myosotis alpestris: Cultivo, riego y cuidados

La planta conocida popularmente como nomeolvides y cuyo nombre científico es Myosotis alpestris, es una especie perenne originaria de la alta montaña cuyas características físicas la convierten en una interesante opción para cultivar en macetas, para ornamentar rocallas y borduras, o bien para la producción de flores cortadas.

Myosotis alpestris (Foto: Jerzy Opioła)
Myosotis alpestris (Foto: Jerzy Opioła)

La nomeolvides es una herbácea que puede alcanzar de 15 a 35 centímetros de alto y que acostumbra crecer formando grupos de varios individuos. Presenta un rizoma corto y grueso del que brotan numerosas raíces largas y carnosas, mientras que los tallos son cilíndricos, curvados en la base y ramificados en la parte superior.

Las hojas de esta especie son lanceoladas, mientras que la inflorescencia, que hace su aparición en primavera y verano, se presenta en forma de densos racimos terminales con flores pequeñas y perfumadas, con pétalos de color rosado al principio que luego se tornan celestes o azulados.

Lo primero que debe considerarse a la hora de cultivar una planta de nomeolvides es que, por tratarse de una especie que crece naturalmente en las praderas de montaña, resulta ideal para aquellos lugares con climas fríos, siendo tolerante a las heladas y vulnerable a las sequías.

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El cultivo de la Myosotis alpestris puede iniciarse con la siembra directa de la semilla después de la última helada, sin necesidad de someterla a ningún tratamiento específico para la pregerminación. Sólo se aconseja, antes de proceder a la siembra, poner las semillas en remojo al menos por dos días para ablandar la membrana exterior y facilitar su desarrollo para convertirse en planta.

Si el cultivo se va a realizar en un ambiente interior, la siembra puede tener lugar antes de que termine el período de heladas.

Nomeolvides: Requerimientos de suelo y luz

En cuanto a los requerimientos de suelo, los ejemplares de esta especie crecen muy bien en sustratos con pH neutro o alcalino, con textura arenosa o franca, siendo la turba enriquecida con soluciones nutritivas y mezclada con arena una de las mejores opciones, ya que ofrecen una mejor retención de humedad, otro de los factores importantes para el crecimiento de esta planta. Sin embargo, debe cuidarse que el suelo tenga un buen drenaje para evitar los encharcamientos del agua de lluvia o del riego regular.

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La nomeolvides necesita mucho de la luz del sol para desarrollarse, por lo que se aconseja ubicarla en lugares con exposición directa o con media sombra.

Debido a que se trata de una planta que se autopropaga con facilidad, es conveniente podar las flores muertas antes de que las semillas se esparzan de manera indiscriminada por el jardín.

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Ruben
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