La Dimorphotheca sinuata es una herbácea originaria del sudeste africano que forman pequeñas matas de atractivos colores y que resultan de mucha utilidad a la hora de ornamentar bordes o de cubrir determinadas áreas de un jardín.
Esta planta perenne puede crecer hasta alcanzar una altura de entre 30 y 40 centímetros,y sus tallos de tonalidad rojiza están cubiertos por hojas alternas de color verde claro y con márgenes lobulados.
Las flores de la Dimorphotheca sinuata son las que le aportan el mayor atractivo visual a la planta, con grandes ejemplares (5 a 8 centímetros de ancho) en la punta de cada rama, compuestos con pétalos externos de color anaranjado muy intenso, aunque también existen cultivares comerciales que ofrecen flores crema, amarillo y salmón, o con manchas de color púrpura.
Si bien puede desarrollarse en todo tipo de suelos, desde los muy alcalinos hasta los arcillosos o arenosos, se trata de una planta que crece mejor si se la cultiva en un terreno fértil, rico en materia orgánica y con un buen drenaje. Para lograr esto, es conveniente mezclar tierra de jardín, turba y arena.
La Dimorphotheca sinuata también ofrece la ventaja de adaptarse a una amplia variedad de climas, pero debe tenerse en cuenta que no tolera muy bien las bajas temperaturas, por lo que se remonienda, en aquellos lugares donde el termómetro marque niveles inferiores a los -5 grados centígrados, cultivar la planta en macetas para facilitar su traslado a interiores para protegerla del rigor invernal.
Otro requisito importante de esta especie es la exposición a la luz natural, ya que necesitan estar ubicadas en un lugar a pleno sol, pero alejadas de las corriente de aire fresco.
La Dimorphotheca sinuata es una planta que requiere poca agua, debiendo ser regadas con regularidad durante el verano y evitando los encharcamientos que pueden generar un exceso de humedad nocivo para la salud de la planta.
Dimorphotheca sinuata: Reproducción por semillas y esquejes
Esta especie puede propagarse por semillas o por esquejes. En el caso de las primeras, éstas deben sembrarse directamente en plena tierra a principios de la primavera o cuando ya no haya peligro de heladas tardías. Una vez que germinan y empiezan a emerger, se debe eliminar a las menos fuertes, dejando una distancia de aproximadamente 30 centímetros entre los plantines.
Estas plantas también son capaces de reproducirse sin intervención humana gracias a la caída de las semillas que aparecen poco después de que las flores se marchitan.
Si se va a recurrir a la reproducción de la Dimorphotheca sinuata por esquejes, la mejor época para conseguirlos es durante el verano, cortándolos justo bajo el nudo en sentido oblicuo con la ayuda de un cuchillo bien afilado y desinfectado, y luego retirar las hojas inferiores.
Las estacas se colocan en contenedores rellenos con partes iguales de turba y arena gruesa, en huecos hechos con la ayuda de un lápiz o palito, para posteriormente compactar con suavidad todo el sustrato. Con esta modalidad de multiplicación, el trasplante a su lugar definitivo puede hacerse durante la primavera.
Hola les escribo por que siempre me envian informcion muy util para mi jardin desde ya muchas gracias espero mas Alicia.