Aunque a mitad del invierno hace mucho fríos y las heladas sean recurrentes, las terrazas y balcones presenten un aspecto invernal y desolador, usted puede llenar su casa de flores. Los bulbos son la solución.
Con ello conseguirá las flores más tempranas del año que le permitirán con sus variados colores, un sin fin de combinaciones.
El cultivo de los bulbos es particularmente fácil, porque ellos mismos almacenan las sustancias nutritivas que necesitan para florecer. Basta que usted del procure un poco de tierra o agua y un lugar adecuado. En principio, lo más importante es seleccionar bulbos de primera calidad.
Las características que debe tener un buen bulbo, para que dé resultados satisfactorios, son las siguientes:
- Las cebollas han de estar duras, turgentes, con las hojas bien apretadas y tener un peso proporcionado con su tamaño.
- No elija nunca un bulbo demasiado seco, porque esto significa que ha estado fuera de la tierra demasiado tiempo.
En las floristerías y viveros acreditados encontrará bulbos de buena calidad y preparados para plantar tras un proceso de “hibernación” artificial al que han sido sometidos.
Si quiere prepare sus bulbos para la temporada siguiente. Las variedades indígenas (en España se cultivan narcisos, jacintos, crocos, gladiolos, fritilarios y muscaris especialmente) pueden dejarse, en general, esperando en tierra todo el año hasta que les llegue la hora de florecer.
Si se cultivan en maceta, conviene regarlos y abonarlos regularmente, hasta que comiencen a secarse las hojas. En este momento debe desplantarlos y limpiarlos, separando los bulbillos, y guardarlos en un lugar fresco y seco hasta que llegue el momento de sembrarlos.
