La cinearia (Pericallis x hybrida) es una especie de planta perenne originaria de las Islas Canarias y Madeira, muy apreciada desde el punto de vista ornamental gracias a sus bellas y grandes flores multicolores. No debe confundirse con el género Cineraria, nativo del sur de África e integrado por aproximadamente 50 especies, entre plantas herbáceas y arbustos perennes.
La Pericallis x Hybrida es una planta perenne muy ramificada desde la base que alcanza hasta un metro de altura. Posee hojas acorazonadas, gruesas y con los bordes dentados. Sus flores, que aparecen habitualmente a principios de la temporada primaveral, tienen una apariencia similar a la margarita, y se presentan en color rojo, azulado, lila, violeta, blanco o naranja.
Una de las formas más sencillas de multiplicar a la cineraria es a través de la siembra de semillas a fines de verano y en el transcurso del otoño, de manera que se pueda disfrutar de su espectacular floración con la llegada de la primavera.
Las semillas se pueden sembrar directamente en macetas si se quiere cultivar en los espacios interiores de una casa. En esta caso, es mejor que el contenedor esté lleno con tres partes de limo, dos partes de ceniza y un sexto de arena, cubriendo la mezcla con tierra fina y presionando firmemente la superficie.
Si se desea tenerlas en jardín, se deben sembrar primero en semilleros para luego trasplantarlas cuando cada uno de los pequeños ejemplares de Pericallis x Hybrida tengan de cuatro a cinco hojas.
Como se trata de una especie de planta originaria de climas templadas, no puede resistir las heladas del invierno (puede morir si se somete a -5º). Por este motivo se recomienda que, en el caso de cultivarla en el jardín u otro espacio exterior, se le brinde la protección adecuada contra los efectos del frío extremo.
Cineraria: Necesidades de suelo, exposición solar y riego
Las plantas de cineraria (Pericallis x Hybrida) crecen mejor en suelos mullidos y fértiles que drenen correctamente. Respecto de la exposición solar, la resiste directa o indirecta, bajo cierto grado de sombra. En aquellas zonas en las que el sol es muy fuerte, las flores pueden resultar quemadas si no se ubica la planta en un sitio con semisombra.
Esta especie necesita ser sometida a riegos normales, aumentando su frecuencia durante la etapa de floración. Deben evitarse los encharcamientos, ya que el exceso de humedad puede provocar la aparición de enfermedades derivadas de hongos, bacterias o virus.
