La adelfa, también conocida como rosa laurel o trinitaria, es una planta arbustiva perenne de crecimiento rápido y poco mantenimiento, que puede ser un atractivo ingrediente para un jardín, gracias a sus flores de variados colores y a la exquisitez de su fragancia.
La adelfa, cuyo nombre científico es Nerium oleander, es una planta originaria de la zona del Mediterráneo, lo que la hace resistente a las altas temperaturas y se adapta sin dificultad a los ambientes secos.
Si alguien desea tener uno o varios ejemplares de adelfa en su jardín o en una maceta, debe tener en cuenta que esta especie tiene hojas, flores, tallos, ramas y semillas altamente tóxicas, que pueden llegar a provocar la muerte en caso de ingestión, por lo que se recomienda mantenerlo alejado de niños y mascotas. También es aconsejable tener cuidado al manipularla, puesto que el contacto con la piel puede causar urticaria u otras reacciones.
Existen distintas variedades de adelfa que pueden seleccionarse para su cultivo como planta aislada, o bien formando grupos combinando los diferentes colores de las flores que ofrece cada tipo:
- Agnes Darac: Flor de color rosa.
- Atropurpureum: Flor roja.
- Aurantiacum: Flor de color amarillo claro.
- Conde Pusterla Cortesini: Flor rosa albaricoque.
- Emile Shaut: Flores de color rojo terciopelo.
- Mont Blanc: Flor blanca.
- Géant des Batailles: Flor doble de color rojo intenso.
- Pierre Rondier: Flores dobles de color rosa.
- Prof. Placon: Flor doble de color naranja.
Una vez seleccionada la o las variedades a cultivar, se elige el sector del jardín donde se van cultivar, teniendo en cuenta que el mismo debe hallarse expuesto a pleno sol al menos seis horas diarias, si se desea un mejor desarrollo de las plantas de adelfa. También es necesario que el terreno a utilizar disponga de un buen drenaje.
Una vez escogido el lugar se debe cavar un pozo con una profundidad del tamaño de la bola de la raíz de la adelfa y tres veces más ancho, y la tierra retirada se combina con un tercio de musgo de turba. Posteriormente se procede a depositar la planta en el pozo y se rellena con la tierra mezclada hasta la mitad.
En ese momento es aconsejable echar un poco de agua en el pozo, antes de terminar el trabajo de relleno y nivelado del terreno, regándose la adelfa por segunda vez. Se recomienda mantener una tasa de riego frecuente y abundante, sobre todo en los meses más calurosos del año (cada 5 días en verano y 10 días en invierno). En el caso de los ejemplares cultivados en maceta, los mismos deben disponer constantemente de una cierta cantidad de agua en el plato de la maceta, de forma que la planta absorba el agua necesaria y tenga la tierra fresca.
Las épocas más adecuadas para el cultivo de la adelfa son otoño o primavera.
