El Abutilón es un género muy amplio que abarca desde plantas anuales a árboles, aunque en el mundo de la jardinería son más conocidas sus variedades arbustivas que se caracterizan por producir flores llamativas y duraderas durante el verano, y porque pueden cultivarse tanto en espacios verdes exteriores como en ambientes interiores.
El cultivo exterior de estas plantas es recomendado en zonas muy templadas, aunque en algunas áreas de climas más fríos pueden producirse en contenedores grandes que durante la temporada invernal puedan trasladarse a un lugar más protegido. Si se cría en buenas condiciones ambientales, un ejemplar de Abutilón puede ser muy generoso en sus floraciones y alcanzar un buen tamaño (por lo general hasta 1,5 metros de altura en maceta y hasta 5 metros en plena tierra).
Las hojas de estas plantas suelen estar profundamente surcadas y estriadas, y dependiendo de la especie pueden presentarse ovales, elípticas o acorazonadas. El color del follaje también puede variar; por ejemplo la Abutilon megapotamicum exhibe hojas verde oliva con tonalidades venas purpúreas, mientras que la Abutilon ochsenii posee hojas verde oscuro.
Las flores, por su parte, pueden ser solitarias o asociadas en inflorescencias, son péndulas y presentan una forma acampanada o de plato, con colores que incluyen el azul, violeta, rojo, rosa, blanco, amarillo, naranja y púrpura, dependiendo de la especie y la variedad. Aparecen en la axila de las hojas y en todos los casos los estambres están unidos en torno al estilo para formar una especie de columna que a menudo sobresale de la corola.
El Abutilón es de cultivo relativamente sencillo, pudiendo reproducirse por semilla o esquejes blandos a principios de otoño o verano. En este punto debe tenerse en cuenta que con la propagación de semilla es casi seguro que no se conseguirán plantas iguales a la madre.
Respecto de su ubicación, las plantas de este género suelen demandar mucha luz, sobre todo las especies con hojas variegadas, pero debe evitarse la exposición al sol directo. También pueden crecer sin inconvenientes si se las cultiva en áreas con sombra ligera. En todo caso, se recomienda ubicarlas cerca de un muro orientado al sur o sudoeste, o con otra protección, excepto en zonas muy cálidas.
Si se va a cultivar estas plantas en interiores, es conveniente asegurarse que el lugar elegido esté ventilado apropiadamente, aunque debe evitarse colocarlas en el paso de las corrientes de aire.
Abutilón: Suelos y poda
Aunque puede crecer en cualquier tipo de suelo, el Abutilón prefiere aquellos sustratos ricos en humus y con un buen drenaje. Se puede nutrir con el agregado de paja y estiércol en otoño y primavera, además de un fertilizante equilibrado para rosales en la mitad de la primavera y de nuevo en verano.
En cuanto a sus requisitos de poda, se recomienda eliminar en primavera los vástagos dañados por las heladas, al menos hasta 15 cm de madera sana por encima de un buen brote. Las especies de estructura dispersa y más o menos trepadoras admiten una poda más seria, prescindiendo en primavera de dos terceras partes del desarrollo de la temporada anterior.
