Cómo transformar la basura de casa en abono orgánico

Aunque existe una variada oferta comercial en materia de fertilizantes, existe una tendencia creciente de recurrir a los desechos orgánicos producidos en casa para transformarlos en compost, muy útil para restaurar el abono microbiano y mejorar la estructura del suelo.

compost_1

Básicamente, el compost es el producto que se obtiene de la descomposición controlada de restos orgánicos de origen vegetal, replicando en cierta medida el proceso natural que transforma, por ejemplo, las hojas secas de los bosques en humus.

El proceso de producción de este tipo de abono orgánico en casa no demanda mucha inversión monetaria, debido a que la materia prima está constituida por los residuos generados, sobre todo, por los alimentos que se consumen en casa.

Estos desechos pueden ser tratados en un proceso relativamente sencillo que suele demandar entre dos y diez semanas para disponer  del compost listo para fertilizar un huerto o jardín.

Para montar un sistema de compostaje de residuos orgánicos se debe contar con un recipiente plástico con tapa y con agujeros en las paredes y base, a fin de facilitar el drenaje de agua durante todo el proceso de transformación y evitar el exceso de humedad que pueda afectarlo.

MIRA TAMBIEN  Cuidando el jardín durante el otoño: fertilizantes

Una vez preparado el envase, se debe colocar en él los residuos orgánicos provenientes de la cocina. Éstos pueden ser la borra de café, sobras de comida, restos de frutas y vegetales, y cáscaras, todos ellos picados ligeramente para aumentar la superficie de exposición a la acción de los microorganismos.

Un buen observador habrá notado que la materia prima a utilizar no incluye restos de huesos o carnes, y esto se debe a que esa clase de residuos tiende a producir malos olores y retrasar todo el proceso de obtención del abono.

Una vez que los desechos orgánicos a procesar han alcanzado unos 15 centímetros de altura, se debe crear una capa de microorganismos que se encargarán de acelerar el proceso de descomposición y transformación de los residuos, además de ayudar a reducir los malos olores y evitar la propagación de moscas.

compost_2

Para ello se puede recurrir a productos que se comercializan en casas especializadas como «bases biológicas» que contienen, entre otros componentes, hongos que aportan nutrientes y bacterias fijadoras de nitrógeno.

Estos microorganismos se aplican en forma pura por aspersión sobre la capa de desechos, hasta dejarla ligeramente húmeda.

A continuación, se debe colocar una delgada capa de material fibroso (puede ser aserrín o fibra de coco) que ayude a balancear la relación carbono-nitrógeno del abono orgánico.

MIRA TAMBIEN  Preparación del suelo para la siembra en la huerta

Se debe seguir colocando las capas en el orden antes señalado hasta llenar el recipiente plástico, que debe dejarse en un lugar protegido del sol, la lluvia y el viento. Se recomienda remover el contenido dos veces a la semana, agregando el aserrín, la fibra de coco o los microorganismos cada vez que se incorporen nuevos desechos.

El contenido debe dejarse reposar durante un mínimo de 45 días (en algunos lugares con clima muy cálido el tiempo puede reducirse a 12 o 20 días) al cabo de los cuales se puede verificar si los residuos se transformaron en abono orgánico, adquiriendo una apariencia similar a la tierra, con un color marrón y una consistencia suelta.

Una vez obtenido el compost, el mismo puede colocarse en el jardín en una proporción de 50 gramos por planta, cuidando de que el abono no tome contacto directo con el tallo o la raíz, cubriéndolo con una capa de suelo para evitar pérdidas por las lluvias o el riego.

Recibe Gratis Nuestros Articulos!

Ruben
Ruben